La Edad Media es fuente inagotable de novelas históricas. Las ambientadas en las Cruzadas resultan particularmente apasionantes por el conflicto religioso y la tensión entre la vida y la muerte. Karleen Bradford creó una trilogía histórica de esta época dirigida a un público joven. “Vendrán los lobos” es el primer libro de esta trilogía, y está protagonizado por una heroína medieval de nombre Ursula. Ursula ejemplifica a la mujer luchadora en un mundo dominado por la fe, la superstición y la violencia. Con tan sólo 16 años, ella se enfrenta a las acusaciones de brujería que algunos le profesan por emplear métodos científicos para luchar contra las enfermedades o ponerse a salvo. Ursula demostrará su carácter cuando decide acudir a las Cruzadas. La historia se sitúa a finales del siglo XI, y narra las persecuciones de los judíos en Renania. Como en otras ficciones históricas, hay cabida para el romance (Ursula y Bruno), y para el paso forzado a la madurez. Sin duda “Vendrán los lobos” despertará el espíritu por la aventura histórica a más de uno.
Desde el momento en que uno comienza a leer “Un paquete de patrones de costura” sabe que está en un marco histórico real y que los dramáticos acontecimientos impiden vivir con tranquilidad a las personas que los sufrieron. El escenario es la aldea inglesa de Eyam, y la época es 1660. La peste bubónica había llegado a la Gran Bretaña, y todo el mundo luchaba por sobrevivir. Esta pelea por la vida llevaba incluso a alianzas o acercamientos inimaginables en un contexto normal, pues líderes religiosos opuestos, por ejemplo, trabajaban codo con codo. El relato se nos cuenta a través de Mall Percival, una joven de dieciséis años enamorada de un joven de una aldea vecina llamado Thomas. Mall debe luchar por mantener sus ovejas al tiempo que la aldea de Eyam está en cuarentena. Thomas, en un gesto heroico, visita a Mall en Eyam a sabiendas de que la cuarentena le impedirá salir. Ambos viven felices tras casarse, pero este momento es efímero, pues un paquete (que da título a la obra) infectado trae de nuevo el caos a Eyam. La mayoría de la población sucumbe, entre ellos Thomas, y Mall, desconsolada, decide contar su historia a modo de memoria. Como vemos, Jill Paton Walsh hace uso de su lenguaje didáctico para trasladarnos a un espacio y un tiempo difíciles y contradictorios.
Beverly Cleary creó a Ramona para suplir el vacío que había en la literatura infantil estadounidense de los años 60. Este personaje representa a la típica niña revoltosa que es un torbellino indomable para todos los que le rodean. Ramona Geraldine Quimby tiene una hermana mayor a la que constantemente saca de quicio y a la que llama “Cara de Pizza”. Ramona se lo pasa de muerte en la escuela haciendo trastadas, aunque cuando le riñen siempre confiesa que no le gusta estar en el colegio. El éxito de esta pequeña rebelde hizo que la serie fuera editada en muchos países y traducida a múltiples idiomas. Además, Ramona ha sido el espejo de muchos hermanos pequeños que siempre se han fijado en sus hermanos mayores y a los que han dado más de un quebradero de cabeza. Una serie clásica de la literatura norteamericana.