Los cuentos infantiles a menudo dan pie a adaptaciones televisivas, cinematográficas o teatrales. Los niños son un público fiel y fácil de contentar, y si un producto alcanza un cierto éxito como libro, casi con toda probabilidad expandirá el negocio a otros medios. Pocas veces un libro es creado a partir de la historia original de otro medio. Por eso. “Playa de alquitrán” es una excepción y muy rara además. Y es que Faith Ringgold publicó un libro para niños a partir de una de sus célebres story quilts o colchas de retazos, grandes telas tejidas que muestran una historia. Ringgold es famosa por estas obras de arte, las cuales ha expuesto en sitios como el Guggenheim de Nueva York. Allí está precisamente Tar Beach, germen de este cuento. La narración se centra en una familia afroamericana donde la hija, Cassie Louise Lightfoot, con tan sólo ocho años anhela deseos de libertad. Cassie de pronto se encuentra sobrevolando el Nueva York de 1939 y maravillándose con los edificios que vislumbra. La propia autora la ha calificado de obra autobiográfica y de ficción a la vez. Tal fue el éxito de este experimento que Ringgold recibió un Caldecott Honor Book en 1992, y prosiguió la serie sucesivas entregas.
Como ya se ha comentado con otras versiones de cuentos infantiles que en las últimas décadas han salido a la palestra, generalmente “modernizadas”, nunca es tarde para readaptar una idea. Ni siquiera de un clásico tan conocido y antiguo como “Los tres cerditos”. Jon Scieszka y Lane Smith, uno de los tándems más reconocido de la literatura infantil de lustros recientes, aunaron palabra y pintura para atacar el citado cuento de forma irreverente, divertida, crítca, mordaz y atrevida. “La verdadera historia de los tres cerditos” se inicia trágicamente con la muerte del primer cerdito, por culpa del derribo de la casa a cargo del lobo. Éste narra los acontecimientos desde una prisión, hecho que no se sabe hasta el final de la historia. A modo de confesión y artículo periodístico, este nuevo punto de vista hará que los niños reflexionen para ver cuál versión le convence más. De hecho, la obra es un buen ejercicio para discutir una vez se han conocido todas las versiones de un mismo suceso. Uno tiene que trabajar la capacidad crítica desde bien pequeño. Las risas están aseguradas con Scieszka, Smith y los extravagantes protagonistas del cuento recontado.
“La historia interminable” es muchos conocida por su adaptación cinematográfica. O, también, por ser una de las múltiples obras célebres que escribió Michael Ende. Cualquiera ha compartido momentos inolvidables con Bastián, Fujur o Atreyu. El protagonista de este épico relato es Bastián, un niño que entra en una librería y se hace con un ejemplar de un libro que lleva por título el de la propia novela: “La historia interminable”. A medida que transcurre la historia el lector adivina que es un ejemplar único y que realmente el libro buscaba a Bastián, para absorberlo en un mundo de fantasía sin parangón. Y es que esta magnífica obra de Ende es una oda al poder de la imaginación, a la confianza en uno mismo y a la ilusión. No podemos contemplar una sociedad sin imaginación y sin individuos llenos de ilusión. Eso es lo que Ende nos dice. Y para ello crea un universo único, con una mitología y identidad tan propia y reconocible, que querrás revisitar una y otra vez.