“Objetos extraños” fue Libro del Año en Australia por la C.B.C.A. en 1991. La clave de su éxito fue que supo indagar en la propia historia del país construyendo una novela de suspense y aventuras en torno a una situación actual. Además, su originalidad también reside en la forma de la narración, pues ésta también se desarrolla en forma de cartas, informes, relatos orales y otros tipos de documentos. Así establece una línea de fantasía y realidad más que suculenta. Steven Messenger encuentra por casualidad un diario antiugo y una vasija de hierro que contiene una mano momificada y un anillo. Sus pesquisas le llevarán a conocer los sucesos del naufragio del Batavia en 1629, acontecimientos que nos son contados también a parte. Hubo supervivientes, asesinatos y los principales ingredientes de las aventuras de la navegación. La ambición humana se cruza con el instinto de supervivencia, y así Steven descubrirá la masacre perpretrada en torno a dicho naufragio. Para ello contará con la ayuda de anciano aborigen llamado Charlie. El anillo también ejercer un poder de atracción que hará que Steven siga indagando pese a los horrores que el pasado alberga, y que en el fondo muestra el choque de los colonizadores con los aborígenes. Como es de suponer, el paisaje y el clima también tienen vida propia en este excepcional libro de Gary Crew.
Curiosa es la mescolanza de géneros que “Viajera en el tiempo” nos ofrece. A caballo entre las novelas decimonónicas, la fantasía, la ciencia ficción y los relatos de intrigas palaciegas, Alison Uttley supo explotar las características de cada uno. Aunque en ocasiones la trama adquiere cierta complejidad, la historia de Penélope resulta absorbente. Esta chica descubre que puede viajar en el tiempo al entrar en la biblioteca. Así, se transportará a la época isabelina, llena de romances e intrigas. Se trata de un momento de la historia donde en una finca se reunía mucha gente, constituyendo cada casa un propio mundo de relaciones. Penélope quedará prendada de todo ello, y querrá volver siempre a la biblioteca.La idea es ofrecer una reflexión sobre el valor de los libros, indicándonos que la lectura nos puede transportar a lugares maravillosos.
Monica Hughes legó un clásico de la ciencia ficción juvenil con “Crisis en Conshelf Diez”. Publicado en los años 70, curiosamente está ambientado en 2005. La autora se atrevió a trazar un futuro donde había humanos que habían colonizado la Luna. Los colonos quieren adquirir la independencia y para ello envían una misiva a la Organización de las Naciones Unidas solicitando que les concedan la autodeterminación y el autogobierno. Para ello, los colonos envían a Kepler Masterman, un chico que fue la primera persona en nacer en la Luna. Kepler no encaja bien las condiciones del planeta Tierra, y es enviado por seguridad a una colonia subacuática donde viven unos familiares. La aventura se acelera notablemente en este escenario, y Kepler será testigo de tensiones, varios movimientos independentistas, confusión y traiciones. Esta novela es, sin duda, una metáfora de lo que realmente sucedía en nuestro planeta y cuyo punto álgido fue la Guerra Fría, y una bonita iniciación a los relatos futuristas.
Las novelas de ciencia ficción alcanzaron un auge entre el público adolescente en los años 50, 60 y 70. El contexto sociocultural y el avance de la ciencia y la tecnología alimentaron el éxito de este género en la literatura, sobre todo entre las nuevas generaciones. “Chocky” es uno de los mejores ejemplos de ello. Escrito por John Wyndham, un clásico en esta clase de libros, nos cuenta el comportamiento de un chico llamado Matthew cuando empieza a escuchar una voz en su cabeza. La novela está narrada desde el punto de vista del padre de Matthew, quien piensa que su hijo está loco o tiene amigos imaginarios. Chocky resulta ser una voz de otro planeta que se comunica telepáticamente con Matthew. No tiene malas intenciones, pero es cierto que Chocky cuestiona muchos de los actos y tecnologías del ser humano. Ambos discuten, y Matthew acaba desarrollando habilidades que antes no tenía. Entonces es cuando la prensa empieza a centrarse en ese extraño niño con “superpoderes”. Al igual que los mejores libros de ciencia ficción, la explicación definitiva y el suspense son mantenidos hasta el final, y pone sobre la mesa interrogantes que darán que pensar a más de uno.
“Una arruga en el tiempo” supuso un hito en la década de los 60’, ya que es un popurrí de géneros un tanto extraño que dota al libro de un atractivo inusual. La protagonista es Meg, una chica inteligente, incomprendida socialmente, de gafas gruesas y maniática. Junto a su hermano, Charles, ambos emprenderán un viaje a un planeta lejano en búsqueda de su padre. Éste, el cual es científico, desaparece en misteriosas circunstancias, y los niños van detrás de él cuando tres curiosas mujeres aparecen en el jardín y se llevan a los dos hermanos. Madeleine L’Engle introduce conceptos científicos reales y aporta elementos fantásticos para describir un viaje excitante donde Meg deberá enfrentarse a un malvado cerebro sin cuerpo. Con su esfuerzo todos los problemas se resolverán y se da cuenta de que pronto será una mujer responsable. La autora aúna ciencia ficción con otros géneros en un libro para jóvenes tremendamente envolvente que sirve como vehículo para transmitir sus propios valores.
Uno de los padres de la ciencia ficción tal como la conocemos hoy en día es Ray Bradbury. Asimismo, este autor también es uno de los grandes narradores de futuros distópicos como Philip K. Dick y George Orwell. En “Fahrenheit 451” Bradbury también nos muestra su aversión hacia las nuevas tecnologías y cómo éstas entorpecen el pensamiento humano. La trama se centra en el siglo XXIV, siendo su protagonista Guy Montag, quien se dedica a la quema de libros. Esta labor se lleva a cabo en la historia porque la sociedad prohíbe el pensamiento crítico, y todo tipo de pensamiento debe estar gestionado por el propio Estado represor. Montag sirve a su sociedad eliminando los libros restantes, hasta que empieza a plantearse si lo que hace es realmente lo correcto. De esta forma, la propia capacidad crítica de Montag comenzará a desarrollarse, lo cual le llevará a separarse de su mujer, a acabar con su jefe y a huir del Estado, el cual lo persigue. Aun así, Montag se mantiene fiel a los principios que ha adquirido y finalmente se dedicará a la reedición de la literatura que ha habido cuando la sociedad en la que vive deja de sostenerse.