El ganador del Premio Nobel de Literatura, John Steinbeck, supo también aproximarse a la literatura infantil con gran maestría. Un paradigma son los cuatro relatos que componen “El poni rojo”. El protagonista es Jody, un chico de diez años que vive en un rancho. Jody es enseñado en las labores rurales por su padre, quien además le muestra todo lo que sabe sobre los animales. El joven es también aleccionado por el peón Buck. Por ello, cuando el padre le regala a Jody un poni rojo éste se entusiasma tratando de domarlo. Poco a poco, Jody intentará que el poni acepte la silla de montar y esté listo para cabalgar. El poni muy pronto se convierte en un tesoro para Jody, un motivo de orgullo para él y algo por lo cual los demás lo respetan. No obstante, la desgracia se cierne sobre el chico, y el poni muere tras ser lasmitado en una tormenta. Jody no puede despedirse de él y todavía no había llegado a montarlo. Una furia irracional invade a Jody, y parece que no puede superar el fallecimiento del poni rojo hasta que un nuevo poni es parido por la yegua Nellie. Steinbeck aborda a la perfección temas dolorosos, incluso cuando se trata de niños o jóvenes. “El poni rojo” es una buena aproximación a la obra de este autor.
“El despertar” resulta ser una historia entrañable entre un chico y un cervatillo. El protagonista, Jody Baxter, vive en Florida en un ambiente rural lleno de pantanos y poblado de una fauna característica. Esta atmósfera es, a su vez, un personaje más de la novela, y su maravillosa descripción permite al lector trasladarse a la misma. Es muy fácil sentirse identificado con Jody pues, a pesar de las penurias económicas, vive con ilusión y es feliz conformándose con poco. Un día, Jody se encuentra una cría de cervatillo que se ha quedado sin padres, y lo adopta como su mascota, a la que llama Flag. Así, nuestro protagonista ha encontrado una nueva motivación para vivir. No obstante, el tramo final de “El despertar” es melancólico, ya que Flag fallece y Jody se da cuenta que es posible que no vuelva a amar a ningún otro ser como había querido a aquel cervatillo. Los valores que transmite esta preciosa novela deberían ser aprendidos por cualquier adolescente, pues en ocasiones nos empeñamos en complicar nuestra existencia innecesariamente por querer ser más felices.