Fábulas existen a miles, y desde hace siglos, de hecho, desde la Antigua Grecia con Esopo. De ellas, las protagonizadas por zorros son también muchas. Pese a esta poca confianza en ofrecer algo nuevo al respecto, Margaret Wild, en conjunción con Ron Brooks, publicaron una maravilla de fábula moderna sobre las traiciones, la lealtad y la valentía. Un Perro y una Urraca son amigos inseparables y, además, se complementan y suplen las carencias o defectos de uno y otro mutuamente. El Perro es medio ciego y la Urraca no vuela apropiadamente. Un Zorro, que se les muestra un día, quiere unirse a ellos, a lo que la Urraca reacciona con desconfianza y el Perro con hospitalidad. La Urraca parecía tener razón, pues Zorro aprovecha el sueño de Perro para aprovecharse del ave y dejarla herida. Además, su motivación para hacer tal maldad es la venganza y la envidia, ya que así haría que Perro y Urraca también se sintiesen solos. “Zorro” es una obra en la que igual de esencial es la narración como el dibujo, pues los trazos de Brooks, intensos y cautivadores, afectan al ritmo de la lectura y le dan profundidad y aspereza al mensaje.
La Medalla Carnegie de 1984 fue a las manos de Margaret Mahy por su novela “La transformación”. Esta suerte de relato de terror con tintes de novela romántica alcanzó éxito comercial más allá de Nueva Zelanda y Reino Unido. La protagonista, Laura Chant, debe enfrentarse a una sórdida situación con tan sólo catorce años: liberar a su hermano pequeño Jacko de las garras de un espíritu maligno que lo usa para revitalizarse a su costa. Dicho espíritu es un vampiro llamado Braque, y para combatirlo Laura pedirá ayuda a Sorry, un compañero de escuela con ciertos poderes. Gracias a él Laura se convierte en una bruja para salvar a Jacko. El punto optimista de la historia deriva del romance instaurado entre Laura y Sorry. La autora, más allá de ofrecer un cuento simplista, ahonda en las preocupaciones de los adolescentes y nos narra las transformaciones típicas de esta estapa como si fuesen algo mágico.
“El león de la pradera” es una especie de fábula moderna que bebe del surrealismo, haciéndola más atractiva para los lectores más pequeños. La neozelandesa Margaret Mahy, en colaboración con la dibujante Jenny Williams, tuvo un golpe de suerte y vio cómo pasó de ser una artista local a tener reconocimiento internacional y publicar 5 libros ilustrados en un año. El relato que aquí se plantea nos habla del miedo y de la amistad, y de la difusa frontera que hay entre éstos y los conceptos más opuestos. El niño protagonista teme mucho a ser emboscado por un león en plena pradera, pese a que estos animales ni siquiera la habitan. Tal es su miedo que su madre le da una caja que dice que al abrirla saldrá un dragón a defenderle. La desbordante imaginación del protagonista se materializa, puesto que abre la caja y aparece un dragón todavía más terrorífico que el propio león. León y niño se hacen amigos y se ocultan del temido dragón. Como antes se ha comentado, este libro es una fantástica fábula contemporánea con elementos fantásticos y reflexiones más ajustadas a los tiempos que corren.
“Horas de prueba” es un relato sobre la lucha social por la igualdad que muchos han mantenido a lo largo de los siglos. En este caso, los esfuerzos corren a cargo del señor Pargeter, un librero que busca conseguir igualdad tras ver las injusticias a las que los más pobres son sometidos. Para ello, diseña un panfleto en el que ofrece un futuro mejor a los pobres londinenses. Sus ideas contemplan el compartir los bienes y el que todos tengan los mismos derechos. Por otro lado, su hija Margaret teme por la integridad de su padre, pues piensa que pronto será tachado de rebelde. La revolución del señor Pargeter abre un conflicto entre clases y además provoca que su hija sea separada del novio de ésta, ya que la familia de él es reputada. Margaret acabará entendiendo a su padre y se alcanza un final feliz en el que, más o menos, todos quedan satisfechos. El señor Pargeter inicia un proyecto para alfabetizar a la gente y su hija podrá finalmente casarse. Toda una novela social galardonada con la Medalla Carnegie y que le valió el éxito a su autora, Hester Burton.
La historia de “Arriba en el árbol” es un genial producto de entretenimiento. Se trata de un libro cuyo objetivo en todo momento es divertir, dejando de lado enfoques emocionales o dramáticos. Los protagonistas del cuento son dos niños que viven en lo alto de un árbol de forma feliz. Dicho jolgorio se ve interrumpido cuando un castor destroza la escalera que tienen para bajar y subir. Cuando creen que no podrán nunca bajar de allí, un pájaro misterioso los ayuda y vuelven a tierra firme. Los dos niños enseguida añoran volver a subir al árbol, y toman la precaución de construirse una escalera con tablones de madera en el mismo tronco. El relato y los dibujos corren a cargo de la canadiense Margaret Atwood. Las ilustraciones sólo están en rojo y azul (y mezclas de ambos) porque la editorial quiso ahorrarse dinero en la impresión. Curiosamente, hoy en día esto es una seña de identidad del libro.
Los cuentos de Alison Uttley, especialmente “La Ardilla, la Liebre y la Conejita Gris” disfrutaron de un tremendo éxito desde su primera publicación. Las historias son inteligentes pero sin perder ápices de sencillez. De esta forma, los niños tratarán de imitar a estos entrañables animales, los cuales son un ejemplo en cuanto a la enseñanza de valores morales. Se tratan temas como la amistad verdadera, el amor por la naturaleza, las experiencias primerizas o el aprendizaje de los errores. Además de divertir, este libro instruye. Por ello debería considerarse un imprescindible de la literatura infantil.
Los libros de Harry muestran conflictos globales a los que cualquier niño se enfrenta en su infancia. El protagonista es un perro blanco de manchas negras que no le gusta que le bañen. Por ello, entierra el cepillo y se marcha de casa. Cuando Harry se ensucia de verdad en sus peripecias fuera de casa el color de su piel se invierte, siendo negro con manchas blancas. Al volver a casa nadie lo reconoce. Finalmente, desentierra el cepillo porque quiere lo bañen y así se dan cuenta que es Harry de nuevo. Las dificultades de Harry casan a la perfección con los dibujos borrosos de Margaret Bloy Graham, colaboradora eterna de Gene Zion. Además, su mensaje de obediencia consentida es bien recibido por el público más infantil.