“El patito feo” es uno de los cuentos más famosos de Hans Christian Andersen. De hecho, todo el mundo lo asocia a la principal moraleja del mismo: el hecho de ser diferente. Para ello se muestra a un pato que nace mucho más feo que el resto de sus hermanos. Como todos lo tratan con asombro y condescendencia, la existencia del patito no es sencilla, y esto lo vuelvo vergonzoso y lo entristece. Dado que sus propios hermanos lo tratan mal y los intentos de su madre por adaptarlo no dan fruto, el patito se escapa con unos gansos. Éstos son cazados y posteriormente se introduce en una bandada de cisnes. Cuando piensa que lo van a atacar por lo feo que es, no le hacen nada. Al ver su reflejo en el agua se da cuenta que ha crecido y ahora es un pato muy bello. La moraleja de esta preciosa historia es que no hay que avergonzarse de ser diferente al resto.
Las fábulas de Wilhelm Hey fueron un tremendo instrumento didáctico durante el siglo XIX. Sobre todo gracias a su brevedad: una ilustración acompañada de un poema de dos estrofas. Esta obra aúna 50 poemas en la que los protagonistas son animales y niños, por lo que se pretende enderezar conductas desde la más temprana infancia. Por ello siguen tienen validez actualmente.
Algunos ejemplos de fábulas que contiene este libro son “El cisne”, donde éste riñe a un niño que arroja cosas a los polluelos; “Murciélagos y pájaros”, donde se censura la discriminación; o “Caballito mecedor, caballito de palo”, más cómica.