La literatura infantil alemana de los años 60’ tiene como firme representante a la trilogía de Otfried Preussler iniciada con “El ladrón Hotzenplotz”. El autor se inspiró en los típicos muñecos de su país para crear una enrevesada trama dirigida al entretenimiento infantil. El protagonista es Hotzenplotz, quien roba el molino de café de Kasperl. Un policía inicia una búsqueda para atrapar a Hotzenplotz pero, al no conseguir, el propio Kasperl y Sepperl idean un plan por su cuenta. A partir de entonces la historia se enreda con la aparición de hadas, castillos, magos, hechizos, mazmorras e identidades falsas. El argumento se complica y tiene varios giros de guión, y el autor no pudo cerrar el cuento en una sola entrega. Para ello, finalmente creó una trilogía. Y hubieran podido ser más libros, ya que Preussler fue presionado por sus pequeños fans para ampliar esta clásica historia que tiene identidad propia.