“Frederick” es otra joya de Leo Lionni en la que el autor hace uso de su estilo colorido y bello en la ilustración, al tiempo que aporta brevedad pero especificidad en el texto. El protagonista es Frederick, un ratón que vive con su familia en el campo y que es considerado como un holgazán. De hecho, a ojos de todos así puede parecerlo, ya que Frederick se tumba en el prado y divaga mientras el resto de la familia recoge cereales durante el verano. Las críticas hacia Frederick son constantes, pero él confía en quitarles la razón. Cuando llega el invierno, todos están apenados y tristes por no poder salir de casa. Entonces Frederick empieza a recitar sus poesías, a decir frases hermosas y a alegrar la existencia de los demás con sus ocurrencias. La familia de Frederick lo ve como un mago, y de esta forma se demuestra el poder de las palabras para cautivar a cualquiera. Lionni da una lección sobre la belleza del arte y la felicidad que trae hasta en las situaciones de mayor austeridad.