La tradición oral puede reinterpretarse y adaptarse para crear obras infantiles contemporáneas y con elementos que doten de valor añadido a la historia original. Algo semejante es lo que sucede con “Señor Zorro”. El neozelandés Gavin Bishop escogió una fábula del folclore de Massachusetts, la adaptó y le añadió ilustraciones atractivas y cautivadoras. En este libro infantil se cuenta el daño que puede hacer un comportamiento mezquino en el resto de la sociedad. El Zorro protagonista es avaricioso y codicioso, y el rechazo por parte de los demás retroalimenta su odio y su mal comportamiento. El Señor Zorro roba sin escrúpulos, apresa animales y atemoriza a cualquiera que le haga la contraria. “Señor Zorro” podía definirse como un tipo de fábula moderna aderezada con ilustraciones que recrean lugares de Nueva Zelanda y cuyo mensaje no puede ser más directo. Como valor adicional, cabe destacar que “Señor Zorro” recibió el Premio al Libro Infantil del Año en Nueva Zelanda, en 1983.
“El juego del señor Westing” es una novela que, en su planteamiento, se asemeja a una novela policiaca. Pero no es una novela de detectives al uso. Ganadora de la Medalla Newbery, este fabuloso relato para jóvenes está cargado de críticas y valores. La historia comienza con la muerte de Samuel W. Westing, un empresario que cita a la lectura de testamento a los inquilinos del edificio Sunset Towers. El señor Westing ha ideado un plan para que, por parejas, los inquilinos vayan descubriendo pistas que lleven al asesino. Una de las ideas que precisamente transmite esta novela es cómo la gente, cuando tiene cierto interés en algo, es capaz de superar sus diferencias con los demás y trabajar en equipo. Los residentes del Sunset Towers provienen de diferentes clases sociales y razas, y aun así logran entenderse. Asimismo, este libro de Ellen Raskin es una parábola del sueño americano, y mantendrá enganchado al lector con su densa e inquietante intriga.
En “La velada del señor y la señora Cerdo” se entremezclan características de las fábulas tradicionales con situaciones más contemporáneas. De hecho, muchos verán similitud en este cuento con “La caperucita roja” o “Hansel y Gretel”, por ejemplo. La moraleja, como en los dos cuentos citados, es que no se ha de confiar en extraños y que las apariencias de otras personas, a menudo, nos confunden. Los protagonistas son una familia de cerdos. Los padres, el señor y la señora Cerdo, desean evadirse del clima familiar y tener una noche para ellos solos. Por ello, contratan a alguien para cuidar de los cerditos y salen a cenar. No obstante, no se percatan que han cometido el grave error de contratar a una señora Lobo para hacerse cargo de sus lechones. La malvada cuidadora no pierde el tiempo, y tan pronto se queda a solas con los cerditos enciende el horno. Por suerte, entre todos los hermanos consiguen reducir a la señora Lobo y, al llegar el señor Cerdo, ésta es tirada al río. Una fábula moderna que aleccionará al tiempo que mantendrá a los más pequeños enganchados a la historia por saber el destino de los protagonistas.
Paul Zindel fue un químico de formación que supo prodigarse también en teatro y literatura. De hecho, tuvo una prolífica obra como escritor. “El señor Pig” (bajo el título original “The Pigman”) va dirigida al público joven y tiene como improbables protagonistas a dos adolescentes y un anciano que entablan una amistad. John y Lorraine estudian en el Instituto Franklin, y conocen al viejo Angelo Pignati tras gastarle una broma a través del teléfono. Los dos jóvenes lo visitan y empiezan a compartir momentos. Poco a poco descubrirán que realmente es una persona excéntrica. Van al zoo, indagan sobre su pasado y mutuamente se enriquecen. De hecho, esta sensación va calando en Lorraine y John, quienes saben que la amistad de los tres les ayuda a paliar los problemas que cada uno tiene. Si ya de por sí el hilo argumental es agridulce, el dramatismo aumenta tras sufrir Angelo un infarto. Zindel sabe combinar a la perfección humor con seriedad, dando al libro un perfecto tono de obra para madurar y aleccionar al público adolescente.
El señor Bowditch al que hace referencia el título de la novela es, ni más ni menos, que Nathaniel Bowditch, célebre matemático y navegante. Este emprendedor de los siglos XVIII y XIX es conocido como uno de los padres de la navegación actual. Bowditch es precisamente el protagonista de la novela, pues el autor Jean Lee Latham acostumbrada a integrar personajes históricos en sus relatos. “Siga, señor Bowditch” cuenta ni más ni menos que la vida de esta figura esencial de la navegación a modo de cuento juvenil. Y es que la vida de Bowditch fue intensa y llena de obstáculos. Desde pequeño quiso estudiar matemáticas pero no pudo porque su familia nunca atravesó buenos momentos económicos. Para conseguirlo fue autodidacta y trabajó durante años como contable. Cuando aprendió matemáticas, Bowditch empezó a revisar y corregir cartas de navegación, y acabó exponiendo sus pensamientos en su obra “The New American Practical Navigator”. Esta novela es un perfecto ejemplo de ficción histórica y biográfica, y además se adentra en las vivencias de una figura digna de admirar.
Este clásico de William Golding es un retrato de la parte más animal que acompaña a todo hombre. Aunque se puede interpretar como una historia de aventuras acontecidas tras un naufragio, el mensaje del autor va mucho más allá de lo meramente superficial. El instinto nace cuando una persona está desesperada y con la supervivencia como objetivo. Golding escribió “El señor de las moscas” pensando en el público adulto, aunque ha gozado de mucho éxito entre el público joven y en las escuelas. La trama se centra en un grupo de niños y adolescentes que, tras un accidente de avión, se ven obligados a convivir en una isla desierta. Lejos de otros relatos de aventuras, la violencia y el conflicto se dan desde muy pronto y son el principal eje de la historia. Incluso unos seres todavía inocentes son capaces de evolucionar y transformarse en criaturas despiadadas cuando lo importante es sobrevivir al resto. En la historia desfilan carismáticos personajes como Ralph, Jack o Piggy. William Golding pensaba que cada uno es responsable de sus propios actos y por ello fue crítico con el papel de todos los países en la Segunda Guerra Mundial, haciendo especial hincapié en el caos social que habían creado. Y remarcando el fin de la inocencia para muchos que la habían vivido.
El universo de Tolkien alcanza su máxima expansión en la trilogía de “El señor de los anillos”. Actualmente está considerada una trilogía, pero el propio autor realmente lo escribió como una única novela de 6 tomos. “La comunidad del anillo” es el primer libro, y supone una introducción para una multitud de batallas y sucesos épicos que convierten a esta novela en la obra cumbre de la fantasía moderna. Inspirado por la literatura medieval y las mitologías nórdicas, Tolkien nos cuenta cómo un hobbit se convierte en héroe al salvar toda la Tierra Media. Acompañado de Gandalf, Aragorn, Merry, Pippin, Sam, Légolas, Gimli y Boromir, Frodo tiene el destino de la Tierra Media en sus manos. La veracidad de la historia radica en el detallismo de la misma, en la presencia de lenguajes inventados, en la descripción de mapas y lugares y en la creación de una historia y cronología propias. Tolkien, como literato y profesor en Oxford, sabía a la perfección la fórmula para crear un universo propio y llenarlo de contenido. Y vaya si lo consiguió. Prueba de ello es que “El señor de los anillos” sea uno de los libros más vendidos de la historia. La incondicionalidad de los fans de este mundo mágico no tiene límites.
Aunque el protagonista de “Mi amigo el señor Leakey” es un mago, el escritor J.B.S. Haldane era un científico. Este biólogo evolutivo creó este célebre personaje para, de hecho, dar rienda suelta a la imaginación y a las curiosas ideas que en su mente germinaban. El señor Leakey vive con su dragón Pompeya y su pulpo Oliver. Este mago decide entonces celebrar una fiesta y cambiar de forma a sus invitados con trucos de magia. Una parte muy divertida de la historia es cuando el señor Leakey se desplaza en su alfombra mágica. Las situaciones disparatadas tienen cabida en esta historia de tintes absurdos, protagonizada por un sorprendente y bondadoso mago. El propio Haldane aseveró que algunos de los pasajes de la novela se inspiran en vivencias propias. Además de ello, la influencia de su profesión es tal que el relato está cargado de datos científicos y animará a los más pequeños a aventurarse en este mundo, pues gracias a “Mi amigo el señor Leakey” descubrirán lo fascinante que es.
La aparición de “El Hobbit” como cuento infantil puede sorprender a más de uno. Esta célebre historia, de moda gracias a las adaptaciones cinematográficas de Peter Jackson, fue concebida por J.R.R. Tolkien como un relato para transmitir a sus hijos. El escritor británico, nacido en Sudáfrica, se lo tomó de forma tan seria que recreó un universo al completo con tan sólo su imaginación: la Tierra Media. Aunque “El Hobbit” tiene un lenguaje más sencillo e infantil que “El señor de los anillos”, ambas novelas pertenecen a las sagas de la Tierra Media y son la principal fuente de información para conocer la mitología tolkieniana. Este autor, venerado por muchos, es considerado el padre de la fantasía moderna. Creó razas (hobbits), lugares y hasta nuevas lenguas, para dotar a sus libros de una identidad propia. Tolkien era un estudioso de las mitologías y las lenguas, y así lo demostró en su obra. Legiones de fans han disfrutado con esta aventura en la que Bilbo ayuda a una compañía de enanos a recuperar sus antiguas posesiones. Todo un clásico de la literatura universal que merece la pena leer una vez, como mínimo.
“El señor Conejo y el hermoso regalo” es un clásico ilustrado por Maurice Sendak y escrito por Charlotte Zolotow. Por ello, contiene los mejores elementos de ambos autores. Por un lado, los dibujos de Sendak dan un aire mágico y especial a la obra, mientras que la trama también resulta absorbente. La protagonista es Charlotte, una niña indecisa ante un regalo que tiene que hacerle a su madre por su cumpleaños. Por suerte el señor Conejo se ofrece a asesorarla. El señor Conejo tiene la forma y el comportamiento de un humano, y evoca la figura responsable en la obra. Charlotte se obsesiona con los colores que le gustan a su madre y las ideas primeras que el señor Conejo le ofrece son surrealistas. Finalmente, Charlotte prepara una colorida cesta de frutas. La historia tiene un argumento circular que atrapará al lector pero sin aburrirlo. Esto lo hace predecible aunque siempre sorprendente. Los paisajes de fondo embellecen el cuento, pues son árboles, césped, riachuelos y demás elementos bucólicos. Este libro se trata de un imprescindible por la calidad de sus creadores y por los detalles reflejados en él.