Los cuentos de E.T.A. Hoffmann manifiestan una imaginación incomparable, a medio camino entre la fantasía y la locura. Además, dejan de manifiesto la creencia en lo sobrenatural del autor. Este surrealismo se nutre también del terror, de los pensamientos personales y de las dificultades por las que pasa el individuo. Su historia más famosa, “El cascanueces y el rey de los ratones”, alcanzó fama mundial gracias a la posterior adaptación en forma de ballet del músico Piotr Chaikovski.
En otros cuentos aparecen fantasmas, crímenes y mundos imaginarios. A pesar del toque siniestro que desprenden, son también muy humorísticos, por lo que son útiles para ayudar a los niños en la transición entre la literatura puramente infantil y la adulta.