La familia Callendar inauguró sus aventuras en “El túnel de Friday”. Aunque John Verney escribiría otras cuatro novelas sobre ellos, cada una narrada por un hijo diferente, esta primera entrega es la más emblemática. Los Callendar son una familia muy peculiar, empezando por los padres, Gus y January, y siguiendo por los hijos: Friday, February, Abigail, Beryllium, Chrysogon y Desdemona. La historia se centra más en February, niña de trece años que es ingeniosa y risueña, y su hermano Friday, quien empieza a cavar un túnel en su propia finca. El relato coge un ritmo frenético a partir de varios descubrimientos que Friday hace en el túnel, apareciendo en escena, matones, pasadizos y explosivos. El estilo de Verney se caracteriza por un lenguaje simplista pero rápido, y retrata fielmente la clase media de Inglaterra. “El túnel de Friday” es una ingeniosa aproximación a la forma de vida de las familias de dicha clase.
El ganador del Premio Nobel de Literatura, John Steinbeck, supo también aproximarse a la literatura infantil con gran maestría. Un paradigma son los cuatro relatos que componen “El poni rojo”. El protagonista es Jody, un chico de diez años que vive en un rancho. Jody es enseñado en las labores rurales por su padre, quien además le muestra todo lo que sabe sobre los animales. El joven es también aleccionado por el peón Buck. Por ello, cuando el padre le regala a Jody un poni rojo éste se entusiasma tratando de domarlo. Poco a poco, Jody intentará que el poni acepte la silla de montar y esté listo para cabalgar. El poni muy pronto se convierte en un tesoro para Jody, un motivo de orgullo para él y algo por lo cual los demás lo respetan. No obstante, la desgracia se cierne sobre el chico, y el poni muere tras ser lasmitado en una tormenta. Jody no puede despedirse de él y todavía no había llegado a montarlo. Una furia irracional invade a Jody, y parece que no puede superar el fallecimiento del poni rojo hasta que un nuevo poni es parido por la yegua Nellie. Steinbeck aborda a la perfección temas dolorosos, incluso cuando se trata de niños o jóvenes. “El poni rojo” es una buena aproximación a la obra de este autor.
“La caja de las delicias” es realmente la secuela de “Los personajes de medianoche”. En este relato la fantasía se une con la intriga para crear una fascinante historia. El protagonista es Kay Harker, quien recibe como regalo una misteriosa caja por parte de un viejo titiritero, el cual desaparece tras ello. La caja es una fuente de poderes de lo más inusitados, como encoger a alguien o viajar en el tiempo. Kay se une a los hermanos Maria y Peter en la búsqueda del titiritero, quien es en realidad magia personificada. Por supuesto, un enemigo aparece en su camino, Abner Brown, quien acaba secuestrando a más personas de la ciudad de Condicote. A cambio solicita la famosa caja de las delicias. Kay consigue salvar la situación heroicamente y el final es más que agradable. Esta novela de John Masefield muestra las características del poeta para dotar al relato de una atmósfera mágica y encantadora. En su transcurrir hay multitud de escenas memorables, muchas de ellas semejantes a las de otras famosas historias de fantasía. Al fin y al cabo, es una historia que bebe de la imaginación y que encumbra a ésta como una virtud de cualquier niño.
“Borka” es un libro que podría ser una especie de adaptación de “El patito feo” con ciertos detalles que recuerdan a “Cenicienta”. John Burningham se muestra en todo su esplendor en esta historia de ilustraciones coloridas y expresivas. Borka es una gansa que vive en el este de Inglaterra pero que no tiene plumas. A causa de ello se convierte en el hazmerreír de todos los que conviven con ella. Cuando todos inician su migración hacia regiones más calurosas, dejan a Borka de lado y ésta se convierte en parte de la tripulación de un barco. Es en el barco donde Borka se empieza a sentir útil ayudando a los marineros. Finalmente, Borka llega a Londres y se instala en un estanque donde hay muchos gansos diferentes y raros, como ella. Borka se siente identificada y empieza una vida feliz. Los valores que cuenta Burningham en este libro son de lo más humanos y trascendentales, y esto precisamente le valió la Medalla Kate Greenaway.
Las historias de jóvenes en los ambientes rurales de Estados Unidos pueblan las listas de libros infantiles y juveniles. Muchas de ellas fueron escritas a lo largo del siglo XX. Otro buen ejemplo es “Mi amiga Flicka”, de Mary O’Hara. La acción se sitúa en un rancho de Wyoming, y el protagonista es Ken, un niño negado en los estudios y presionado por sus padres. Ken insiste a su padre en que le consiga un caballo, y éste accede a regañadientes después de discutir con su esposa. Dicho caballo es la yegua Flicka, que es bastante salvaje y además enfermiza. Pero las imperfecciones de Ken y Flicka servirán para que ambos seres se complementen y se conviertan en amigos inseparables. La narración de los problemas económicos, las discusiones en el matrimonio, la vida en un rancho y la transición a la madurez hacen de esta historia algo más que una novela adolescente. Su profundidad y la descripción de un entorno tan característico convirtieron a esta trilogía en el mayor éxito comercial de O’Hara.
El contenido de “Luna de búho” es puramente lírico. El libro de Jane Yolen puede ser una de las mejores introducciones poéticas para los niños, ya que los versos están acompañados de las imágenes de paisajes nevados de John Schoenherr. La historia gira en torno a una niña que es llevada por su padre en medio de la nieve para ver un búho por primera vez. La pequeña protagonista quedará fascinada no sólo por el búho, sino por otras maravillas naturales que irá descubriendo. Es un cuento que resulta muy interesante para despertar la curiosidad por la naturaleza, para venerar las maravillas que nos rodean y para impulsar el respeto por el medio ambiente. También resalta la importancia del amor paternal. Todas estas cualidades lo convirtieron en el ganador de la Medalla Caldecott en 1988. El trasfondo está basado en experiencias propias de la autora en su granja de Nueva Jersey.
El autor John Ryan creó las historias del capitán Pugwash con la intención de caricaturizar los famosos relatos de navegación y los hitos navales que se dieron en este ámbito, sobre todo en el Reino Unido. Las aventuras en el mar y la navegación siempre han gustado mucho en la sociedad británica, la cual está repleta de momentos históricos desde el siglo XV hasta el siglo XIX. Ryan pretendió acercar esto a los niños con unos cuentos muy divertidos, nada agresivos. De hecho pretende reírse de sus personajes para así cuestionar el estatus de idolatría que muchas veces se les profesa a los capitanes de barco. Pugwash es un capitán incompetente, y sus nefastas decisiones llevarán a su tripulación a pasar por peligros que al principio no sospechaban. Con la búsqueda de un tesoro como objetivo, por la obra desfilan maestres, grumetes y piratas, entre muchos otros. En el fondo Pugwash es cobarde, y los niños se acabarán riendo de él sin dejar de quererlo. El éxito de los libros estuvo influenciado por la serie animada de la BBC, con la cual Ryan también revolucionó el campo. Diversión sana y entretenida.
“El niño aguacate” es a la vez un relato surrealista pero moralizante. Lo imposible de la trama lo convierten además en una historia muy cómica. El protagonista es el bebé recién nacido de la familia Hargreaves. Todos los miembros de esta familia están bastante delgados y son de complexión débil. Los padres, por ello, tienen miedo de que su nuevo hijo sea así. Entonces se obsesionan con alimentarlo bien, lo cual resulta contraproducente porque el bebé empieza a rechazar la comida. El punto de inflexión llega cuando le dan un aguacate y el bebé adquiere una fuera sobrenatural. Como consecuencia, empieza a llevar a cabo acciones típicas de una adulto musculado: mover coches, desplazar muebles, ahuyentar malhechores, etc. El señor Hargreaves se ve obligado a advertir al vecindario de que tiene un bebé forzudo. Como en otros libros, John Burningham muestra su habilidad para el texto cómico complementado con ilustraciones graciosas del bebé poniendo a prueba su poderío.
El cartero Pat y sus aventuras son un caso de excepción en los universos infantiles. Normalmente, una obra surge primero como libro y posteriormente se realizan adaptaciones televisivas o cinematográficas de ella. En este ejemplo sucede al revés, el cartero Pat fue creado por Ivor Wood para la BBC, y John Cunnliffe, guionista de la misma, escribió los libros posteriormente. Curiosamente, mientras que la serie fue un éxito en Inglaterra, los libros han gozado de fama internacional. Los protagonistas son Pat, un cartero, y el gato Jess. A causa de su profesión Pat tiene muchos amigos, a los cuales visita al tiempo que trabaja. Pero obviamente también se encuentra inconvenientes que sortear, y a los cuales hace frente con una calma tremenda. Pat es un hombre sencillo, de familia, y enseña a los pequeños que no es necesario ponerse nervioso ante los problemas para solucionarlos, y que uno puede encontrar verdadero placer trabajando.
La novela de J. Meade Faulkner, “Moonflet”, está muy inspirada en las historias decimonónicas de aventuras y descubrimientos. Especialmente en “La isla del tesoro”. Sin embargo, incluye elementos de la propia vida del autor, sobre todo las localizaciones, la costa inglesa de Dorset. Se trata de una sucesión de estimulantes encuentros con el mar y con la vida de los marineros. Como en muchos relatos de este estilo, la moralidad mostrada es ambigua, y en ocasiones se presenta como bueno lo que realmente es ilegal o dudoso. El protagonista es John Trenchard, un huérfano que viaja en barco y frecuenta una taberna con su padrastro. Naufragios, tesoros, prisiones, contrabandistas, bebidas alcohólicas, juegos de mesa y muchos ingredientes más hacen de este libro una delicia para los jóvenes más intrépidos.