Las novelas posapocalípticas despiertan un interés genunio y curioso porque muestran a seres humanos obligados a sobrevivir en ambientes de lo más hostiles. Las personas a menudo se comportan de forma irracional movidas por el instinto. En “Taronga”, Victor Kelleher nos traslada a Australia. Ben, el protagonista, pasa de supervivir en el campo a hacerlo en la ciudad, descubriendo que tiene el don de controlar a los animales. En Sidney, Ben llega al zoo de Taronga, espacio reconvertido en fortín de personas que quieren subsistir. Ben entablará nuevas amistades pero pronto comprenderá que Taronga no es un lugar seguro. Junto a su compañera Ellie, nuestro querido Ben liberará a los animales y todos se irán a vivir al entorno natural australian, el cual es virgen y más seguro que la propia ciudad. El relato está fuertemente influenciado por el carácter del autor, quien nació en Inglaterra y vivió su infancia en África. De ahí la importancia que éste da a los animales y su ingenio para situarlos en Australia, su hogar de adulto. Se trata de un cuento de esperanza ante los momentos más tensos que se puedan vivir.