La relación entre los padres y los hijos resulta siempre complicada, sobre todo porque cada uno posee un punto de vista totalmente antagónico al del otro. Asimismo, los padres suelen obrar mal cuando presionan a sus hijos a ser igual que el resto de niños, o como a ellos les gustaría que fuesen. Este escabroso tema es tratado a la perfección por Robert Kraus en “Leo, el retoño tardío”. Leo es un tigre que todavía no sabe leer ni escribir, mientras que el resto de sus amigos animales sí. Su padre se desespera porque su hijo no está a la altura que se espera de él, y la madre, más paciente, le insta a aguardar el éxito de Leo. Cuando Leo finalmente se desarrolla adecuadamente, sus logros son celebrados. Las ilustraciones del filipino Jose Aruego rebosan humor y retratan muy bien el estado de ánimo de Leo y cómo lo ven sus familiares y amigos. Con este libro se satiriza el comportamiento a veces extremista de unos padres sobreprotectores y obsesionados con la educación de su hijo, y permite a los niños quitarse presión de cara a su rendimiento en la escuela.