Las novelas deportivas tienen entre el público joven uno de los sectores más fieles. Así lo demostró, una vez más, el australiano james Moloney con su saga centrada en el atleta Gracey. El primer libro, “El joven Dougy”, recibe el nombre del hermano adolescente de Gracey. Por un lado, Dougy siente verdadera admiración por su hermano mayor y por los éxitos que cosecha. Por otro lado, esto supone una losa para su motivación y se considera a sí mismo un fracasado. Los dos hermanos son aborígenes, hecho que le abrirá puertas a Dougy además de su elevada estatura. Los éxitos de Gracey incrementan el reconocimiento del pueblo aborigen en Australia, pero por otro lado reavivan las tensiones raciales. De hecho, su devenir es sólo una excusa para mostrar un trasfondo de violencia e injusticia. Dougy encontrará su sitio en el mundo pero antes deberá sufrir. Como podemos ver, valores de igualdad, solidaridad y esfuerzo son transmitidos a través de esta excepcional historia que emplea el atletismo como excusa.
El Premio CBCA de Australia en 1994 recayó en “La masa”, de la exitosa Isobelle Carmody. Protagonizada por Nathaniel Delaney, esta novela se podría definir como una combinación de novela adolescente y terror sobrenatural. Nathaniel se muda a vivir a Cheshunt, una localidad en la costa australiana que parece dominada por fuerzas malignas. El ambiente es opresivo y la atmósfera recargada, hechos que Nathaniel no pasa por alto. La prueba de fuego del protagonista viene cuando se le demanda entrar en sendas pandillas juveniles llamadas La Masa y La Cadena. Como posteriormente averiguará, ambas no son más que una metáfora del eterno conflicto entre el bien y el mal, y la elección de Nathaniel por tanto resultará trascendental no sólo para él sino para todos los vecinos de Cheshunt. Carmody manipula la fantasía a la perfección, integrándola en un lugar que se presenta cotidiano pero imperfecto. Un absorbente relato que merece la pena descubrir.
“Rowan de Rin” es un clásico moderno de aventuras rurales, a cargo de una de las escritoras australianas más exitosas y prolíficas: Emily Rodda (pseudónimo literario de Jennifer Rowe). Rowan disfruta de una plácida vida en la aldea de Rin, junto a su madre y a su hermana. Su vida es monótona y sencilla, pero no por ello aburrida. Rowan es pastor de bukshah, un animal de fantasía que se asemeja a un carnero lanudo de cuernos curvos y robustos. El amor por los animales a los que cuida se torna en preocupación cuando la sequía y los peligros acechan la aldea de Rin. Rowan deberá superar sus miedos y mostrar valentía, sobre todo cuando los peores temores de los aldeanos (la presencia de un dragón) se confirman. En esta novela hay espacio para la fantasía y para la aventura, y podemos ver la colaboración entre vecinos por el bien de todos. Un valor que es indispensable inculcar en los tiempos que corren. Premio CBCA de Australia en 1994, “Rowan de Rin” es sólo la primera de una serie de exitosas historias sobre héroes improbables y lugares de paz limitada.
¿Cómo reaccionarías si de un día para otro el mundo en el que vives cambiase por completo y no hubiese más opciones que la supervivencia? La célebre saga “Tomorrow”, todo un clásico de la literatura juvenil en Australia, se estrenó de esta guisa con “Mañana, cuando empiece la guerra”. Ellie, en plenas vacaciones navideñas, se va de acampada con sus colegas al vasto campo australiano, concretamente a unas montañas a la que llaman Hell. Al volver a casa, se dan cuenta de que todo ha cambiado y la situación parece apocalíptica. Un extraño enemigo ha dado un vuelco a sus vidas: sus casas están deshabitadas y sus padres apresados. La pandilla protagonista emplea las montañas de Hell como bastión y como centro de operaciones, y empiezan a cocer una estrategia para recuperar la estabilidad. En esta fabulosa novela el drama tiene cabida en forma de muertes y pérdidas inesperadas, pero también se transmite en esencia la esperanza y la lucha por unos ideales. En estos momentos difíciles, la amistad y la familia, y los valores de lealtad y perserverancia se hacen imprescindibles. Una constante en la obra del genial John Marsden.
En la década de los 90 la ficción histórica medieval alcanzó cierto esplendor, representada a través de autores como Karleen Bradford o Catherine Jinks, por ejemplo. Esta última creó una serie de libros estructurados en torno a la relación caballero-escudero de la época de las Cruzadas. Ambientada en Jerusalén, “La cruzada de Pagan” es el primer relato de la serie, y nos introduce al niño protagonista que da título a la obra. Pagan sobrevive en Jerusalén y sus ideales distan mucho de los de los caballeros que allí sirven. Para buscarse la vida, se propone como escudero de Lord Roland, noble de ideales fuertes. Aunque ambos no coinciden en su forma de ver el mundo, la astucia de Pagan hará que parezcan uña y carne, y que Roland agradezca la presencia y el trabajo del joven. Con el inminente ataca de los musulmanes a cargo de Saladino, ambos lucharán juntos por un futuro mejor y los ideales se difundirán. Catherine Jinks también deja espacio para el humor, personificado en los peregrinos y a los cuales compara con turistas guiados. Una novela histórica con tintes modernos que gustará a cualquier lector incipiente del género.
“Buscando a Alibrandi” es, de forma simultánea, una novela al uso y una novela inusual. Por un lado, su temática no es nada rompedora, ya que muestra las preocupaciones de una adolescente que está a punto de dar el salto a la madurez. Por otro, el estilo narrativo y la frescura la convierten en una lectura especial. Josephine Alibrandi, más conocida como Josie, tiene 17 años y repentinamente se ve en varios puntos conflictivos. Su padre regresa tras años desaparecido, su año escolar se complica, su abuela la regaña constantemente y no se siente del todo a gusto en su estrato social. Y es que Josie es Australiana pero de origen Italiano, y entre ambas raíces se definen sus valores, conservadores pero a la vez modernos. Los pensamientos de Josie calarán en el lector por su sinceridad, y es imposible no identificarse con las preocupaciones de la protagonista. “Buscando a Alibrandi” también ofrece un contrapunto humorístico a través de la abuela de Josie y su visión diferente del mundo que le rodea. En 1993, esta obra fue premiada como Libro del Año por el C.B.C.A. en Australia, muestra de la calidad de la misma.
“Objetos extraños” fue Libro del Año en Australia por la C.B.C.A. en 1991. La clave de su éxito fue que supo indagar en la propia historia del país construyendo una novela de suspense y aventuras en torno a una situación actual. Además, su originalidad también reside en la forma de la narración, pues ésta también se desarrolla en forma de cartas, informes, relatos orales y otros tipos de documentos. Así establece una línea de fantasía y realidad más que suculenta. Steven Messenger encuentra por casualidad un diario antiugo y una vasija de hierro que contiene una mano momificada y un anillo. Sus pesquisas le llevarán a conocer los sucesos del naufragio del Batavia en 1629, acontecimientos que nos son contados también a parte. Hubo supervivientes, asesinatos y los principales ingredientes de las aventuras de la navegación. La ambición humana se cruza con el instinto de supervivencia, y así Steven descubrirá la masacre perpretrada en torno a dicho naufragio. Para ello contará con la ayuda de anciano aborigen llamado Charlie. El anillo también ejercer un poder de atracción que hará que Steven siga indagando pese a los horrores que el pasado alberga, y que en el fondo muestra el choque de los colonizadores con los aborígenes. Como es de suponer, el paisaje y el clima también tienen vida propia en este excepcional libro de Gary Crew.
La literatura australiana tiene una belleza especial derivada de los paisajes de este país y del ambiente que allí se respira. En “El perro Thunderwith”, Libby Hathorn nos habla de cómo afecta un suceso dramático a la psicología de un ya de por sí atormentado adolescente. La protagonista es Lara, cuya madre ha fallecido recientemente y quien se ve obligada a vivir con su padre, al que casi no conoce. Para colmo, la madrastra de su padre no es nada hospitalaria, y Lara deberá lidiar con el sufrimiento por la muerte de su madre junto a la alienación que sufre en su nuevo hogar. Una hacienda rural es el marco perfecto para emanar una sensación de calma y tranquilidad, una atmósfera que invita a la reflexión y que permitirá a Lara madurar. El drama se intensifica cuando Lara hace buenas migas con un perro al que llama Thunderwith, el cual a la postre resultará ser del vecino y acabará herido. No obstante, Lara entenderá que su amistad con el animal le ha ayudado a superar el dolor y además la volverá optimista, estrechando lazos con su madrastra. Detalles de la cultura aborigen también son expuestos en esta enternecedora historia de amistad y pérdida.
Las novelas posapocalípticas despiertan un interés genunio y curioso porque muestran a seres humanos obligados a sobrevivir en ambientes de lo más hostiles. Las personas a menudo se comportan de forma irracional movidas por el instinto. En “Taronga”, Victor Kelleher nos traslada a Australia. Ben, el protagonista, pasa de supervivir en el campo a hacerlo en la ciudad, descubriendo que tiene el don de controlar a los animales. En Sidney, Ben llega al zoo de Taronga, espacio reconvertido en fortín de personas que quieren subsistir. Ben entablará nuevas amistades pero pronto comprenderá que Taronga no es un lugar seguro. Junto a su compañera Ellie, nuestro querido Ben liberará a los animales y todos se irán a vivir al entorno natural australian, el cual es virgen y más seguro que la propia ciudad. El relato está fuertemente influenciado por el carácter del autor, quien nació en Inglaterra y vivió su infancia en África. De ahí la importancia que éste da a los animales y su ingenio para situarlos en Australia, su hogar de adulto. Se trata de un cuento de esperanza ante los momentos más tensos que se puedan vivir.
Cuando uno es adolescente se cree a sí mismo el Rey del Mundo. Este sentimiento es el que comunica la célebre escritora australiana Robin Klein en “¡Te odio, Alison!”. La protagonista, Erica Yurken, quiere acabar con todo lo que no le gusta y guiarse a través de la vida según sus convicciones. Empezando por cambiarse el nombre, que considera estúpido, y llegando a ser la chica perfecta. El camino de Erica, como el de cualquier adolescente, se llena de imprevistos y trabas que la confundirán en su búsqueda de la felicidad. Alison Ashley aparece en escena para rivalizar con Erica, sintiéndose nuestra joven heroína inferior a su lado. La inseguridad, la indignación y la desesperación, sensaciones tan a flor de piel en un adolescente, son excelentemente descritas por Klein. Tarde o temprano Erica acaba resignándose y dándose cuenta de que las cosas no son como ella piensa. Madurar a tiempo es el mejor remedio posible para alcanzar una felicidad más real que la que Erica ansiaba. Un excelente libro para educar en el comportamiento a muchos adolescentes.