Los cuentos de la bruja Brunilda (Winnie the Witch en su versión original) son un referente del humor infantil dese su primera aparición en el año 1987. Además, al ser la protagonista una bruja, un personaje presentado en la literatura a menudo como malvado, se consigue desmitificar uno de los miedos de los niños. Brunilda es un completo desastre, tanto en sus asuntos más cotidianos como en sus quehaceres como bruja. Acompañada de su inseparable gato negro Bruno, juntos viven alocadas situaciones que divertirán mucho a los niños. Desde el punto de vista adulto, los cuentos de Brunilda enseñan a reconocer los defectos propios y a reírse de uno mismo para saber respetar a los demás. Por ello es un libro a menudo incluido en centros educativos para los más pequeños. Por tanto, se trata de una perfecta obra que aúna diversión a la par que aprendizaje.
“La zarigüeya mágica” se convirtió al pronto de ser publicado en 1983 en un clásico instantáneo de la literatura infantil australiana, y en el más exitoso de su tiempo. Como otros libros de los países australes, en éste se pretenden mostrar aspectos de la idiosincrasia de esta nación. Desde la fauna hasta la gastronomía y el paisaje. Los protagonistas son una abuela zarigüeya y su nieta. La abuela suele hacer magia, y sabe volver a su nieta invisible. No obstante, el lío se monta cuando no sabe deshacer el hechizo. La abuela recuerda que tiene algo que ver con lo que comen los humanos. Esto se convierte en una excusa para viajar por toda Australia degustando platos típicos al tiempo que la nieta empieza a reaparecer. Más adelante, ante lo genial que ha sido la experiencia para ambas, pues han conocido a canguros, koalas y serpientes, deciden repetirla año tras año para asegurarse que la pequeña zarigüeya no vuelva a desaparecer. La historia, de Mem Fox, está perfectamente complementada por las acuarelas de Julie Vivas. En las ediciones internacionales el cuento contiene anexos en los que se muestra en un mapa la travesía de las zarigüeyas por Australia y los platos que han saboreado.
Las ilustraciones de “Un wombat de lana”, de Kerry Argent, son un punto a favor de este genial libro infantil australiano. Están repletas de detalles y color, efectuadas a lápiz y acuarelas. Por ellas desfilan variopintos animales de la fauna del país austral, como wobats, koalas, canguros, echidnas y ornitorrincos. Se trata de una perfecta aproximación a esta tierra tan fascinante, todo con una historia como trasfondo. Los animales citados se comportan como si fueran humanos, como si realizaran actividades propias de la sociedad australiana. Y saben disfrutarlas. Toman el sol, bailan, cocinan, y se bañan, entre otras cosas. En conjunto, se trata de un cuento muy didáctico, tanto porque te acerca a una cultura distante, como porque te enseña animales e incluso conceptos como los colores y los números. Se trata de un paradigma de libro digno de ser leído en voz alta al tiempo que uno se deleita con sus dibujos.
La obra de la australiana Ethel Turner ha sido aclamada durante más de un siglo, aunque esta novela para jóvenes parece lejos de la realidad social actual. La historia se centra en siete hermanos, hijos de un padre que pronto se queda viudo. El padre, el capitán Woolcot, pretende adoctrinarlos y establecer un funcionamiento familiar basado en aspectos militares, pero fracasa. Los niños son muy traviesos aunque no bajo el típico cliché. Entre ellos están los más risueños, los más sentimentales, los más mezquinos, los más apasionados, los más valientes, etc. Algunos temas tratados son el heroísmo, las relaciones sentimentales y la necesidad de adaptarse a los cambios que se dan en la vida.
Este reconocido marsupial es uno de los personajes más famosos de la literatura infantil australiana. La neozelandesa Dorothy Wall se inspiró en las fantasías de su hijo. Además del protagonista, multitud de criaturas y paisajes autóctonos desfilan por las páginas de este libro, defendiendo de manera inocente la cultura australiana y sus costumbres. De hecho, muchos ven en Blinky al obrero australiano por excelencia. Una curiosidad es que a lo largo de la colección los pantalones que usa Blinky son cada vez más largos conforme va creciendo. Se han hecho reediciones en color recientemente de esta genial serie.