Este es un cuento didáctico sobre aprender algo muy específico: quitarse la ropa para ir a darse un baño. Sólo muestra dos personajes, un niño y un conejo. El esquema es muy sencillo, a un lado de la doble página sale el conejo cogiendo la ropa que se quita el niño y al otro salen las prendas que se van acumulando. Por tanto, el conejo se comporta como si fuera el padre y responsable del niño, aunque no es para nada serio, sino que se divierten juntos. Las ilustraciones son características de la escuela sueca, ya que Lena Anderson aprendió de los grandes autores de su país. Posteriormente aparecieron otros libros de la serie del conejito.