Las novelas ambientadas en las zonas más agrestes de Estados Unidos siempre inculcan valores de supervivencia y amor por lo rural. En “Donde florecen los lirios”, el matrimonio Cleaver nos transporta a los Montes Apalaches en un relato de autosuficiencia. La protagonista, Mary Call, es una niña de catorce años que se empeña en sacar ella sola adelante a toda su familia. Su padre está moribundo y Mary está decidida a ser el sustento de la casa. Aunque sus valores son reconocibles, en la historia se nos muestra cómo a veces hay que dejarse recomendar y ayudar. Ser obstinado puede privarnos de buenos momentos, y tarde o temprano reconoceremos que compartir y ser solidarios con los demás puede llenarnos mucho. Por suerte, la mentalidad de Mary evoluciona y acaba viendo que sus vecinos son realmente amigos, y que no por ello sus valores de constancia e independencia se ven cuestionados. Un libro evocador de la vida en la montaña en la Norteamérica de los años 50 y 60.