Los protagonistas de este libro son jerbos, roedores que Philippa Pearce convirtió en personajes en torno a los que involuntariamente gira el relato. Sid es un niño al que le han regalado a Bubble y Squeak, los susodichos jerbos. La madre se opone a la presencia de los jerbos en su casa. La autora es experta en intercalar situaciones de los más cotidianas con momentos extraños, todo ello sin alterar ni acelerar el ritmo innecesariamente. Sid se convierte en protector de los jerbos, al tiempo que su madre intenta ejercer autoridad no sólo con él, sino con sus hermanos y su padrastro. Al final el lector con quien más empatiza es con los pequeños jerbos. Y eso que estos la lían sin dejar de resultar terriblemente encantadores. Trepan los sofás. Muerden las cortinas. Y se sitúan en la mesa con descaro como si fueran personas. Curiosamente, sus nombres derivan de los de las hijas de Pearce. La madre de Sid aprende a ser transigente con los suyos para mantener la armonía y felicidad en la casa.

“Ventana” es una profunda obra creada por Jeannie Baker, maestra en la crítica social y en el género del hiperrealismo. Sus collages consiguen que cada imagen sea una impresionante aproximación a la realidad, y de esta forma consigue captar la atención del lector. Si es que a la persona que tiene en libro en sus manos se le puede llamar lector, ya que no aparece ni una sola palabra en toda la historia. Lo que Baker pretende contar es cómo el ser humano afecta a la belleza natural del paisaje y la forma en que esto afecta a la evolución de las personas. El protagonista es Sam, un niño cuya madre lo tiene en brazos mientras que ambos miran por la ventana un entorno sin explotar. A medida que Sam crece diferentes elementos artificiales son añadidos a las imágenes, en las que siempre está el patrón de la ventana a través de la cual vemos el exterior. Finalmente, una caótica ciudad se dibuja en la ventana, y cuando Sam se hace adulto, decido irse al campo a vivir. No obstante, el mismo destino le espera al paisaje del nuevo hogar de Sam. A pesar de la crítica a la destrucción del ambiente, los niños se quedarán prendados de las imágenes de este genial libro.