La obra de Madeline, escrita por Ludwig Bemelmans, comienza siempre con la misma frase: “En una vieja casa de París, cubierta de enredaderas, vivían doce niñas pequeñas en dos líneas rectas”. Madeline es la más pequeña de ellas, las cuales viven en una especie de régimen de internado. Estas niñas son cuidadas por Miss Clavel. El libro se caracteriza por la valentía de la niña pequeña para afrontar todas las situaciones que se ponen por delante. Gracias a ello, ha inspirado a multitud de pequeños, especialmente a las chicas, en los primeros años de sus vidas.