La literatura adolescente húngara tuvo en Éva Janikovszky a uno de sus mejores exponentes, en Lászlo Réber a su eterno colaborador y creador de ilustraciones inolvidables, y “¿A quién se parece este chico?” una de sus obras más representativas. Protagonizada por un adolescente en pleno desarrollo físico y psicológico, cualquier lector se sentirá identificado con la metamorfosis sufrida por este chico. Ni siquiera sus padres lo reconocen, pues además de la altura que ha adquirido, se ha hecho taciturno y misterioso. La obra recibió en su país el Premio Móra Könyvkiadó, y representa uno de los mayores éxitos de la autora, con permiso de otras magníficas novelas como “Si yo fuera mayor” o “Felicidad”. Janikovszky trata siempre temas reflexivos y que nos acercan a la visión que los niños y jóvenes tienen de los adultos y del resto del mundo. Los dibujos de Réber captan a la perfección el estilo narrativo y las sensaciones de la adolescencia pese a su sencillez. Un estupendo libro que dará que pensar a más de uno.
La autora sueca Barbro Lindgren inició la saga sobre Rosa intentando preparar a los niños ante las primeras experiencias que suelen vivir fuera de casa y alejados de sus padres. Esto le llevó al éxito internacional. Rosa es una perrita blanca y negra que, en este caso, debe prepararse para su primer día de guardería. Rosa está enfadada porque la lleven sin ella querer, aunque en el fondo no es más que una rabieta por el miedo y desconcierto que vive ante la situación. Teme no saber comportarse. Una vez allí, se suelta y hace muchos amigos entre el resto de cachorros, aunque también vivirá experiencias contrarias como enfermedades, riñas entre perros, disciplina, etc. El universo de Rosa está plagado de perros que, aunque tienen dueño, parecen muy independientes. Lindgren se alió otra vez con Eva Eriksson para ilustrar sus historias, y el resultado es un libro que gustará mucho a los más pequeños porque los ayudará a enfrentarse ante experiencias que les serán inevitables.
La excelente Eva Eriksson escribió e ilustró este libro que trata la importancia de que los niños vayan ganando confianza poco a poco, y cómo los adultos podemos ayudar en ello. Malla es un cerdito de juguete al cual su abuelita (que, por cierto, es un Oso Polar) le ha encomendado la tarea de ir a comprar judías. En la verdulería, a Malla se le olvida lo que tiene que comprar y regresa con un saco de patatas. La misma situación se repite varias veces, hasta que finalmente Malla logra llevar a cabo su tarea de manera impecable. En este relato, Malla, por suerte, tiene una abuela comprensiva que le ayudará a superarse y a ganar autoconfianza. El hecho de sentirse responsable es algo en que los niños deben ir progresando, y es labor de los adultos hacerlos sentir que mejoran y que lo están haciendo bien. Los dibujos de Eriksson son cálidos, como la historia, y también se nota el toque surrealista de la autora sueca. “Malla va a comprar” es un libro aleccionador tanto para niños como para aquellos adultos que pierden la paciencia educando.