Eve Garnett tuvo que presionar bastante para conseguir que “La familia de la calle One End” se editase como libro infantil. Dirigida a un público joven, esta serie de novelas es considerada una de las primeras en las que los protagonistas son pobres y en la que se hace una verdadera descripción de ello. A medio camino entre la denuncia social y el realismo, Garnett relató las vivencias de la familia Ruggles. Los capítulos suelen estar divididos entre los diferentes miembros de la familia: Josiah el padre, Rosie la madre, y los siete hijos. La temática recurrente es la convivencia entre hermanos, cómo ellos colaboran y se ayudan entre sí para salir adelante y cómo éstos valoran el dinero. Los diálogos son fabulosos y ayudan a concienciarse acerca de lo que uno tiene y aprender a valorarlo. Por supuesto, no faltan los toques de humor en las historias de la familia Ruggles, los cuales se producen sobre todo cuando los miembros interactúan con personas ricas y se produce un cierto choque social.
La historia de este peculiar libro pretende exponer un comportamiento habitual en muchos gatos: su manía por esconderse en los recovecos. La autora es Eve Sutton, la cual se inspiró en un gato que ella misma había tenido. Para las ilustraciones contó con la ayuda de su prima, Lynley Dodd, para la cual fue su primer libro pero que a la postre se convertiría en una famosa ilustradora. El gato protagonista es amante del escondite, de desaparecer dentro de cualquier tipo de caja. Su personalidad es contrastada con gatos de todo el mundo, los cuales son más aventureros y tienen pasiones más mundanas. El texto presenta buenas rimas siguiendo un patrón, y las ilustraciones divierten al mostrar a los gatos de otros países con sus trajes tradicionales. El misterio que rodea a los dibujos en los que aparece el protagonista también suscita el interés de los más pequeños.