“Las visitas” es una novela que representa a la perfección la literatura juvenil de Argentina de los años 90. Protagonizado por Fernando, un niño de doce años, este libro derrocha sensibilidad a la vez que nos describe una cultura particular. Fernando no conoce a su padre y desde pequeño se le ha dicho que se fue de viaje. En la actualidad, Fernando no es privado de la verdad y se nos explica que su padre está convicto. Entonces se inician una serie de visitas de Fernando a la cárcer para ver a su padre. El carácter adolescente hace que Fernando guarde la información con recelo, y todo se complica cuando su madre empieza a salir con una nueva pareja. La ruptura entre sus padres es en ese momento definitiva, y Fernando deberá hacer uso de su mundo interior para evadirse de los problemas. De esta forma, la autora Silvia Schujer nos abre un mundo de fantasía que contrasta con la cruda realidad y que servirá a Fernando como vía de escape. Escrito en primera persona, esta maravillosa obra destila personalidad encluso en el estilo de la escritura, pues no faltan líneas típicas del coloquio argentino.
La edición original de “¿Quién ha visto las tijeras?” carecía de texto. El autor original, Fernando Krahn, se bastó de su capacidad imaginativa e ilustrativa para dar lugar a un libro absolutamente genial. En primer lugar, por su punto de partida: las protagonistas son un objeto, unas tijeras. Ellas pertenecen a un sastre, Don Hipólito, y se cansan de cortar vestidos día tras día. Así, se escapan y empiezan a conocer lugares nuevas. No obstante, su felicidad se traduce en tajos al aire que a veces resultan desastrosos: le corta el pelo a un peatón, parte una nube, sesga las flores que un chico le regala a su chica… En una edición posterior María Luz Uribe dotó de texto a este cuento ya de por sí maravilloso, con un tono también muy humorístico. Se trata de un libro que desprende buenas sensaciones y positivismo, y en el fondo refleja valores de libertad y diversidad. Fue multipremiado por ello.