La serie de libros de Hairy Maclary es un clásico de la literatura infantil de Nueva Zelanda. En ellos se muestran inconfundibles escenarios de este maravilloso país, del cual Lynley Dodd resulta uno de sus mejores exponentes. Esta autora estaba obsesionada con los perros, y por ello decidió dedicarles toda una saga de libros. Igual que otros cuentos suelen mostrar a niños como protagonistas, en este caso personajes caninos de todo tipo pueblan las páginas. Por lo tanto, se trata de un mundo más loco, más anárquico, más alborotado. Esto le encantará al público infantil, al tiempo que les entrará ganas de tener una mascota y cuidarla. Las tramas son cotidianas, respecto a lo que a un perro se refiere: la maravilla de comer carne, portarse mal en el veterinario, robar huesos, llevarse mal con los gatos, etc. Se trata de un imprescindible de cualquier guardería, lo cual también indica la valía de sus ilustraciones al tiempo que de su texto rítmico. En los libros de Hairy Maclary no hay lugar para los malos momentos, todo es caos y felicidad.
La historia de este peculiar libro pretende exponer un comportamiento habitual en muchos gatos: su manía por esconderse en los recovecos. La autora es Eve Sutton, la cual se inspiró en un gato que ella misma había tenido. Para las ilustraciones contó con la ayuda de su prima, Lynley Dodd, para la cual fue su primer libro pero que a la postre se convertiría en una famosa ilustradora. El gato protagonista es amante del escondite, de desaparecer dentro de cualquier tipo de caja. Su personalidad es contrastada con gatos de todo el mundo, los cuales son más aventureros y tienen pasiones más mundanas. El texto presenta buenas rimas siguiendo un patrón, y las ilustraciones divierten al mostrar a los gatos de otros países con sus trajes tradicionales. El misterio que rodea a los dibujos en los que aparece el protagonista también suscita el interés de los más pequeños.