Las sensaciones que transmite la lectura de “Ben, el oso dócil” deben ser experimentadas por cualquier joven lector. El escenario de la novela es la costa de Alaska y la vida en un pueblo donde todos subsisten gracias a la pesca de salmón. El protagonista es Mark Wedloe, un niño que se hace amigo de un oso pardo llamado Ben, quien lleva varios años viviendo en cautividad. Dadas las tragedias que ha sufrido la familia Wedloe, los padres de Mark aceptan que su hijo tenga por amigo a un oso. Ambos colegas se encargan de demostrar que son inseparables. Sin embargo, en un cierto punto, Ben se las tiene que ver con su anterior dueño, y se defiende atacándolo. Esto hará que el pueblo entero decida enviar a Ben a una isla, aunque sufre un accidente en el barco antes de su llegada. Mucho más adelante, Ben y Mark se reencontrarán y volverán a experimentar la camaradería de antaño, y ambos volverán a ser felices. Se trata de un espléndido relato donde Walt Morey describe situaciones reales y entornos naturales a la vez que da profundidad a su historia.
El contenido de “Luna de búho” es puramente lírico. El libro de Jane Yolen puede ser una de las mejores introducciones poéticas para los niños, ya que los versos están acompañados de las imágenes de paisajes nevados de John Schoenherr. La historia gira en torno a una niña que es llevada por su padre en medio de la nieve para ver un búho por primera vez. La pequeña protagonista quedará fascinada no sólo por el búho, sino por otras maravillas naturales que irá descubriendo. Es un cuento que resulta muy interesante para despertar la curiosidad por la naturaleza, para venerar las maravillas que nos rodean y para impulsar el respeto por el medio ambiente. También resalta la importancia del amor paternal. Todas estas cualidades lo convirtieron en el ganador de la Medalla Caldecott en 1988. El trasfondo está basado en experiencias propias de la autora en su granja de Nueva Jersey.