“Los chicos de la cueva” es una novela ambientada en el siglo XVII, pese a haber sido escrita dos siglos más tarde. El relato se centra en Eva y Peter, dos huérfanos que viven con la abuela y el hermano de Eva al acabar la Guerra de los Treinta Años. La tranquilidad en sus vidas se ve interrumpida cuando la abuela es perseguida por brujería. En la huida, el hermano y la abuela de Eva acaban perdiendo la vida. Es entonces cuando Peter y Eva quedan atrapados en un valle del que no pueden salir. En un entorno absolutamente natural deben aprender a sobrevivir, como lo hicieron nuestros antepasados hace miles de años. La historia de Eva y Peter se alarga en una trilogía de libros en las que el autor, Alois Sonnleitner, utiliza las vicisitudes de los huérfanos para contar la evolución de la humanidad en las Edades Antiguas. Por lo tanto, además de entretenido por sus aventuras, el contenido de “Los chicos de la cueva” es didáctico.
Esta obra del Dr. Seuss muestra las travesuras de un gato llamado también Seuss, que le gusta divertirse de forma anárquica. Para ello, una tarde lluviosa, acude con sus secuaces a la casa de unos niños que están solos para entretenerlos. El gato les incita al desorden, al caos y a la diversión descontrolada. Ellos lo pasan como nunca, sobre todo cuando pensaban que sería un día aburrido, y antes de que vuelva su madre Seuss reordena todo. Seuss se caracteriza por su sombrero y su bigote. El texto contiene rimas que ayudan al aprendizaje de la lectura, y es un libro de lo más entretenido, y como prueba está el que es un best-seller de los cuentos infantiles. Algunos han criticado la ideología anárquica del libro, pero lo cierto es que no deja de ser un desorden feliz.