La historia contada en “Arándanos para Sal” refleja con diversión el encuentro entre dos especies diferentes. Sal es una niña que tiene que ayudar a su madre a recoger arándanos durante todo el día. La pequeña traviesa se come los arándanos a medida que los coge, lo cual hace que no haya volumen suficiente para la conserva. Pero ese no es el único conflicto del libro. Dos osos, madre e hijo, están robando arándanos para comérselos antes de hibernar. Cada uno de los cuatro individuos está haciendo su trabajo cuando se dan cuenta que se desvinculan de su ser querido. Finalmente, el osezno choca con la madre de Sal, y lo mismo sucede con Sal y la osa. Todo queda en un susto y vuelven a encontrarse, a pesar de que nadie le ha hecho a nadie. Se trata de un cuento en el que cada personaje se reencuentra con su identidad tras haberse quedado absorto en su trabajo. La intriga en torno a qué le pasará a cada uno también es un componente esencial de la historia. El autor, Robert McCloskey, se inspiró en su hija y su mujer para los personajes de “Arándanos para Sal”.
La historia de “Pedrito en la tierra de los arándanos” es considerada una de las primeras de origen sueco que alcanzó éxito internacional dentro de los libros infantiles. En ella, Pedrito es un niño que se va a coger frutos del bosque para el santo de su madre. Al no encontrar nada, se agobia y lloriquea sobre un tocón. En ese momento aparece el Rey de la Tierra de los Arándanos y le muestra todo su reino, donde conoce seres variopintos que le ayudan a recolectar frutos para su madre. Al final, Pedrito se despierta y cree que todo ha sido un sueño. Sin embargo, al lado tiene una cesta llena de frutos.
El texto tiene abundantes rimas, y sigue todavía vigente a pesar de tener más de un siglo. Además, las ilustraciones resultan muy características y detallan bastante bien un ambiente natural cualquiera.