La edición original de “¿Quién ha visto las tijeras?” carecía de texto. El autor original, Fernando Krahn, se bastó de su capacidad imaginativa e ilustrativa para dar lugar a un libro absolutamente genial. En primer lugar, por su punto de partida: las protagonistas son un objeto, unas tijeras. Ellas pertenecen a un sastre, Don Hipólito, y se cansan de cortar vestidos día tras día. Así, se escapan y empiezan a conocer lugares nuevas. No obstante, su felicidad se traduce en tajos al aire que a veces resultan desastrosos: le corta el pelo a un peatón, parte una nube, sesga las flores que un chico le regala a su chica… En una edición posterior María Luz Uribe dotó de texto a este cuento ya de por sí maravilloso, con un tono también muy humorístico. Se trata de un libro que desprende buenas sensaciones y positivismo, y en el fondo refleja valores de libertad y diversidad. Fue multipremiado por ello.