La historia de “Olivia” está inspirada en la propia sobrina del autor, Ian Falconer. La personalidad de esta niña real es trasladada a una cerdita de indomable voluntad. Olivia desborda a todo el mundo con su energía y con sus ganas de hacer cosas. Las ilustraciones son en blanco y negro con toques rojos, y la forma humana de Olivia la harán parecerse todavía más a una niña. Un punto fuerte de este libro infantil es la introducción de múltiples referencias culturales a localizaciones, música, arte, etc. Olivia es el típico personaje inicialmente cargante, pero al que luego se le coge un cariño tremendo por las situaciones disparatadas en las que se mete. Al fin y al cabo, en el fondo es una niña revoltosa de 5 años de edad. La serie ha sido continuada con posteriores entregas, todas ellas de enorme éxito para Falconer y que han contribuido a la fama de su propia sobrina, la cual parece tomárselo de una forma más natural que muchos adultos.
La excelente Eva Eriksson escribió e ilustró este libro que trata la importancia de que los niños vayan ganando confianza poco a poco, y cómo los adultos podemos ayudar en ello. Malla es un cerdito de juguete al cual su abuelita (que, por cierto, es un Oso Polar) le ha encomendado la tarea de ir a comprar judías. En la verdulería, a Malla se le olvida lo que tiene que comprar y regresa con un saco de patatas. La misma situación se repite varias veces, hasta que finalmente Malla logra llevar a cabo su tarea de manera impecable. En este relato, Malla, por suerte, tiene una abuela comprensiva que le ayudará a superarse y a ganar autoconfianza. El hecho de sentirse responsable es algo en que los niños deben ir progresando, y es labor de los adultos hacerlos sentir que mejoran y que lo están haciendo bien. Los dibujos de Eriksson son cálidos, como la historia, y también se nota el toque surrealista de la autora sueca. “Malla va a comprar” es un libro aleccionador tanto para niños como para aquellos adultos que pierden la paciencia educando.