“El viento en la Luna” destaca por la complejidad de su argumento. Éste se entrelaza de una forma en la cual el lector, a la vez que atrapado, sentirá la necesidad de resolver cómo acabará todo. Esta rocambolesca obra fue escrita a finales de la Segunda Guerra Mundial por Eric Linklater, con ilustraciones de N.C. Bentley, y pone de manifiesto muchas de las situaciones que se estaban viviendo por aquel entonces. Las protagonistas, Dorinda y Dinah, están rabiosas porque su padre ha partido a la guerra. Achacan la mala situación a que está soplando viento en la Luna, y se comportan mal por ello. Las fechorías de Dorinda y Dinah son el motor de la obra, puesto que ambas agotan la comida, acuden a un juicio e intentan descubrir las causas de un robo. Ambas llegan a interactuar con animales, dotando de un toque fantástico a esta curiosa obra. Muchas miserias de la guerra, como el hambre, también son denunciadas en este libro. Una lectura que hará volar tu imaginación.
El contenido de “Luna de búho” es puramente lírico. El libro de Jane Yolen puede ser una de las mejores introducciones poéticas para los niños, ya que los versos están acompañados de las imágenes de paisajes nevados de John Schoenherr. La historia gira en torno a una niña que es llevada por su padre en medio de la nieve para ver un búho por primera vez. La pequeña protagonista quedará fascinada no sólo por el búho, sino por otras maravillas naturales que irá descubriendo. Es un cuento que resulta muy interesante para despertar la curiosidad por la naturaleza, para venerar las maravillas que nos rodean y para impulsar el respeto por el medio ambiente. También resalta la importancia del amor paternal. Todas estas cualidades lo convirtieron en el ganador de la Medalla Caldecott en 1988. El trasfondo está basado en experiencias propias de la autora en su granja de Nueva Jersey.