“Objetos extraños” fue Libro del Año en Australia por la C.B.C.A. en 1991. La clave de su éxito fue que supo indagar en la propia historia del país construyendo una novela de suspense y aventuras en torno a una situación actual. Además, su originalidad también reside en la forma de la narración, pues ésta también se desarrolla en forma de cartas, informes, relatos orales y otros tipos de documentos. Así establece una línea de fantasía y realidad más que suculenta. Steven Messenger encuentra por casualidad un diario antiugo y una vasija de hierro que contiene una mano momificada y un anillo. Sus pesquisas le llevarán a conocer los sucesos del naufragio del Batavia en 1629, acontecimientos que nos son contados también a parte. Hubo supervivientes, asesinatos y los principales ingredientes de las aventuras de la navegación. La ambición humana se cruza con el instinto de supervivencia, y así Steven descubrirá la masacre perpretrada en torno a dicho naufragio. Para ello contará con la ayuda de anciano aborigen llamado Charlie. El anillo también ejercer un poder de atracción que hará que Steven siga indagando pese a los horrores que el pasado alberga, y que en el fondo muestra el choque de los colonizadores con los aborígenes. Como es de suponer, el paisaje y el clima también tienen vida propia en este excepcional libro de Gary Crew.
En este libro, Oliver Jeffers repite protagonista y vuelve a emplear al mismo chico que en “Cómo atrapar una estrella”. Esta historia describe la soledad infantil y la importancia de sentirse querido por alguien. En ella, el niño protagonista recibe en su portal un pingüino con aspecto taciturno. El chico decide encargarse de devolver al pingüino a su lugar de origen, y para ella contará con la inestimable ayuda de un pájaro y de su pato de juguete. Cuando descubre que viene del Polo Sur, el chico se dirige allí empleando un bote. Nada más lejos de la realidad, el pingüino sigue tristón cuando el niño lo deja en su hogar. Aunque el niño vuelve a su casa, se percata enseguida de que el pingüino se sentía un ser solitario y que eso era lo que le compungía. Ambos remarán uno en búsqueda del otro sin avistarse, lo cual creará un clima de tensión hasta que, finalmente, se encuentren. Entonces se convierten en amigos inseparables. En “Objetos perdidos”, Oliver Jeffers vuelve a sentar cátedra como uno de los mejores autores infantiles de la actualidad.
Este libro es realmente un compendio de ilustraciones cotidianas que muestran las características diferenciales de 6 familias distintas. En cada una de ellas hay un bebé, que puede ser desde recién nacido hasta de 2 años de edad. En cada familia, los padres poseen un trabajo, un tipo de casa, etc. Así, el bebé escoge los elementos que más le atraen de cada una de ellas para idear su hogar y familia ideales, objeto por objeto. Se trata de un clásico del matrimonio Ahlberg, el cual muestra perfectamente rasgos de la cultura británica.