“Cuentos de la selva” es una antología de relatos al más puro estilo “El libro de la selva” y que, como tantas otras historias, intenta reproducir la sociedad humana a partir de animales antropomorfos. Horacio Quiroga se distingue de otros intentando recalcar lo que hace más despreciable al ser humano. Innumerables defectos y valores humanos universales desfilan entre las páginas de cuentos como “Las medias de los flamencos” o “El loro pelado”. Aunque el nivel prosaico no es comparable a Kipling, las descripciones de la vida y los ambientes naturales son cautivadoras. Los animales se comportan como personas y pueden hablar, reír o llorar. Todos los relatos tienen alguna moraleja y una crítica a desdeñables actos humanos pero que son ejecutados por flamencos, jaguares, cocodrilos o abejas, entre muchos otros.
Esta obra no fue la primera de Kate Greenaway ni quizá la más apreciada por su calidad. Pero para los niños supone una fuente de diversión y asombro. Además, el éxito de obras anteriores aseguró el porvenir de este libro. Al igual que la antología “Mamá oca”, “En el jardín” recopila 51 poemas. En este caso, como se ha comentado, de discutible calidad literaria. No obstante, los versos son acompañados y compensados con múltiples ilustraciones claras y bellas. De hecho, la propia Greenaway juega en muchas ocasiones con el diseño de la página para exponer originalmente el poema y la ilustración. Un ejemplo es “Campanas de boda”, donde seis niñas suben y bajan una escalera que rodea al poema, y la última niña fija su mirada en el lector. Otros ejemplos claros son “Los gatos han venido a tomar té” y “Primeras llegadas”.