Este libro del célebre Mark Twain transcurre en el Londres de los Tudor. Narra cómo se cruzan las historias del niño que en el futuro debe reinar como Eduardo VI y de Tom, un miserable que vive con su padre opresor. Ambos intercambian papeles y saben desenvolverse en sus nuevos entornos. Sin embargo, Tom se acomoda cada vez más a la realeza y Eduardo sufre todo tipo de penurias. Antes de que coronen a Tom por error, Eduardo consigue restituir su identidad. Como otras obras de Twain, denuncia la analfabetización social, y sirve como crítica ante las injusticias de la época, todo con un tono satírico que recuerda a Tom Sawyer sin olvidar el optimismo de la juventud.
En “Alicia a través del espejo” se cuenta otro mundo de sueños de esta niña, situándose los sucesos 6 meses después del primer sueño. La representación se sucede como si fuera una partida de ajedrez, gobernada por una reina. Acorde con cada movimiento hay un orden de sucesos. Aunque a priori todo es menos hostil y más ordenado para Alicia, ésta se desespera por la ruptura de las reglas. Algunos pasajes pueden parecer estresantes para un niño, pero son una prueba para mostrar cómo salir de situaciones desesperadas sin miedo y con decisión. Además, se introduce la figura del ajedrez como juego y método de estructuración mental.
Este libro, el más famoso de Lewis Carroll, también se ha beneficiado de su adaptación en dibujos animados por parte de Disney. Asimismo, es considerado una obra maestra de la literatura inglesa del siglo XIX. Aunque hoy en día puede parecer que carece de sentido mostrar una niña criada bajo las estrictas reglas de la época victoriana, lo cierto es que a los principales lectores, los niños, esto no les importa. Ellos se fijan en las curiosas vicisitudes por las que pasa Alicia, en ese mundo lleno de maravillas, en las canciones, en las rimas, en sus extravagantes personajes… De ahí todavía su vigencia. Los adultos, no obstante, pueden realizar interpretaciones más profundas. En esta ambigüedad radica la grandeza de esta novela. Alicia es una niña valiente y con carácter que trata de hacer frente a sus problemas sin salirse de las reglas pactadas. Aunque originalmente ilustrado por Sir John Tenniel, las imágenes más famosas son las de Helen Oxenbury.
Este cuento es una de las pocas obras de Charles Dickens escritas directamente para un público infantil. Su vocabulario dista del de otras novelas más adultas del excelente escritor del siglo XIX. En él se cuenta la historia de Alicia, una princesa hija del rey Watkins I, el cual ha caído en la pobreza. Alicia es la mayor de 19 hermanos. Un día, un hada se le aparece al rey y le obliga a entregarle una raspa a Alicia, la cual puede pedir un deseo con ella. Alicia intenta aguantar hasta un momento decisivo para pedirlo, solicitando finalmente que se vean sanadas todas las deudas de su familia. Este libro originalmente no tuvo ilustraciones, pero en la edición estadounidense aparecieron de la mano de John Gilbert.