Los poemas de Michael Rosen siempre han gozado de tremendo éxito entre el público infantil. En “Ocúpate de tus asuntos” se considera que Rosen inauguró un estilo de poesía conocido como los “versos pillos”. La asociación con Quentin Blake como ilustrador permitió dotar de ritmo a las poesías ya de por sí vertiginosas. Esta colección resulta curiosa porque Rosen la concibió para que un lector adulto se sintiera identificado con su propia niñez. Ahí reside el éxito de “Ocúpate de tus asuntos”, pues gozó de aceptación entre pequeños y mayores. Respecto al resto de características de la obra, el estilo del autor se vislumbra al tratar temas serios con sentido del humor, pero nunca de forma cínica. Se abordan tópicos como la soledad, la madurez y la familia. Esta colección de poesías es un excelente acercamiento tanto a la obra de Rosen como a los versos pillos, y una buena forma de identificarse a la vez que disfrutas con su lectura.
Este libro es realmente una antología poética que supone en sí misma una obra maestra. Michael Rosen ha trabajado como comentarista de radio, como profesor y como poeta, y por ello es bien conocedor de lo que resulta más atractivo para un niño. A este respecto, Rosen ha manifestado que los sonidos sorprenden a cualquier pequeño, de ahí la importancia de las rimas. El autor se sirve de su experiencia para recopilar poemas cortos de todas las épocas y de diferentes temáticas. Algunos recientes, algunos de cosecha propia, y otros de míticos escritores como Robert Louis Stevenson o A.A.Milne. Casi siempre suelen ser estrofas en las que se referencian versos absurdos que arrancarán las carcajadas de los niños. Resulta inevitable incluso que un adulto no sonría con ello. Por supuesto, este poemario está aderezado por las geniales ilustraciones de Bob Graham, repletas de detalles y que interactúan en ocasiones con el texto aportando dinamismo a esta magnífica obra. Un libro infantil imprescindible.
Este libro, publicado en 1989, está escrito por el poeta Michael Rosen e ilustrado por Helen Oxenbury. El argumento está inspirado en una canción infantil que trata sobre una familia que realiza una excursión por el campo y ha de volverse a casa cuando se encuentran con un oso. El ritmo que muestra gusta mucho a los niños, que también se divierten con las diferentes onomatopeyas que van saliendo a medida que aparecen obstáculos, y luego las imitan. A pesar de las dificultades que pueden presentarse a la familia protagonista, todos hacen una piña en los peores momentos. Al final se muestra que el oso estaba triste porque quería jugar con ellos, no siendo tan fiero como se esperaba.