“Cuentos de Teddy Robinson” es una de esas entrañables historias sobre osos de peluche inseparables de su amo. En este caso, Teddy pasa todo el tiempo con Deborah. El osito ama a su familia e intenta no despegarse de la niña. No obstante, ésta a veces lo olvida y, curiosamente, surgen nuevas aventuras para Teddy. El osito intentará volver con su dueña y así poder seguir recitándole poesías, una de las cosas que más le gustan al peluche. Las historias van desde fiestas de cumpleaños y visitas a parques de atracciones, pasando por percances como días en el hospital o noches fueras de casa. La serie de Teddy Robinson cosechó muchos éxitos, y, como tantas otras, se basan en vivencias del propio autor. En el caso de Teddy Robinson en la hija de Joan G. Robinson y su oso de peluche.
La fama de los “Cuentos aleccionadores para niños” va estrechamente vinculada a la de su creador, Hilaire Belloc. Como apologista cristiano, defendía un estilo de vida disciplinado y riguroso. De ahí el humor ligeramente oscuro de sus relatos. En cada historia de este libro se narra cómo un niño no se porta debidamente y el correctivo que sufre al respecto, ya sea en manos de sus padres o en manos del destino. El final de cada cuento suele ser quizá demasiado brusco y cruel, pero las moralejas son eficaces. Por supuesto, también son muy entretenidos, y no pretenden asustar a los niños. De hecho, la exageración está presente en casi todos los relatos, lo cual invita a sonsacar lecciones pero sin caer aterrorizado. La pluma irónica de Belloc está perfectamente complementada por las esperpénticas ilustraciones de B.T.B. Si buscas un conjunto de relatos aleccionadores y variados, a la vez que divertidos, éste es tu libro.
“Cuentos y leyendas” es una de las antologías más célebres de la literatura argentina, realizada por uno de los más queridos intelectuales a este respecto: Javier Villafañe. Este escritor era un apasionado de la poesía pero también de las marionetas. Se encargó de recopilar leyendas de su país, cuentos populares y otras historias de tradición oral y aunarlas en este libro. Además, muchas de ellas las adaptó para contarlas con títeres, que él mismo representaba. Algunos relatos son “La olla mágica”, “El hombre que quería adivinarle la edad al diablo”, “El caballo que perdió la cola” y “El árbol de la fortuna”, entre otros. A Villafañe le encantaba sentir esa interacción con su público, y su texto está lleno de momentos de conexión con el lector, al cual le pide respuestas a preguntas. La edición más famosa está ilustrada por Tabaré, un famoso caricaturista que dota de un humor peculiar a este clásico argentino.
“Pío, pío” es uno de los libros más importantes de la literatura infantil eslovaca. Su autora, Lúdmila Podjavorinská, fue la primera mujer en publicar un poemario en su país. Se le considera muy importante en la literatura moderna de Eslovaquia, sentando cátedra a pesar de las dificultades que pasó durante su vida. Estas complejas situaciones son las que nutren el argumento de “Pío, pío”. El protagonista es Cimo Cimcarara, un gorrión que es padre de familia y que tiene una personalidad muy peculiar. Unas veces se siente bravo y con ganas de hacerlo todo, mientras que otras es vago y caprichoso. Está casada con una gorriona, la cual también cambia a medida que avanza el cuento. A través de las vicisitudes de la familia que ambos forman se alecciona a los niños sobre el comportamiento que hay que mantener en cada etapa de la vida, y la importancia de mostrar madurez ante cualquier situación.
“Cuentos de la selva” es una antología de relatos al más puro estilo “El libro de la selva” y que, como tantas otras historias, intenta reproducir la sociedad humana a partir de animales antropomorfos. Horacio Quiroga se distingue de otros intentando recalcar lo que hace más despreciable al ser humano. Innumerables defectos y valores humanos universales desfilan entre las páginas de cuentos como “Las medias de los flamencos” o “El loro pelado”. Aunque el nivel prosaico no es comparable a Kipling, las descripciones de la vida y los ambientes naturales son cautivadoras. Los animales se comportan como personas y pueden hablar, reír o llorar. Todos los relatos tienen alguna moraleja y una crítica a desdeñables actos humanos pero que son ejecutados por flamencos, jaguares, cocodrilos o abejas, entre muchos otros.
Los “Cuentos del gato Perche” recopilan historietas que transcurren en un ambiente rural, y que protagonizan las hermanas Delphine y Marinette. El autor, Marcel Aymé, separó los cuentos en rojos y azules, y además los definió como “aptos para cualquier niño de entre cuatro y setenta y siete años”. El hilo conductor de éstos son las inquietudes de las niñas y cómo piden consejo a los animales de su granja. Los animales participan de la familia y conviven con su propia personalidad y capacidad de habla. Además, cada animal tiene una peculiaridad, como si fuera una persona diferente. De estos cuentos se han hecho adaptaciones televisivas y cinematográficas, aunque la mejor forma de sumergirse en estos relatos cortos, divertidos y didácticos es con el libro original.
“Los cuentos de Milly-Molly-Mandy” están protagonizados por una niña de 7 años, Millicent Margaret Amanda. Vive en una pequeña casa rural con su gran familia. En la misma aldea tiene amigos como Susan y Billy, y todos ellos son paradigmas de la vida rural inglesa en los años 20’. Se trataba de una época en la que se apreciaba el valor de lo que se tenía, y en la que pequeños cambios en la rutina eran recibidos con entusiasmo. Este libro de Joyce Lankester Brisley demuestra un gran amor por la naturaleza, tanto en su texto sorpresivo y feliz, como en sus imágenes bucólicas. Es un libro de cierto carácter nostálgico y que encantará también a los padres por reflejar costumbres que se han perdido.
Los “Cuentos del tío Remo” muestran casi todos ellos al hermano Conejo, que es astuto y sabe aprovecharse de los otros animales. Se dice que este personaje tiene su origen en África. Su enemigo es el hermano Zorro, y siempre intentan hacerse daño mutuo. El vehículo para contar estas historias es el tío Remo, un viejo esclavo de color liberado al que un niño blanco se acerca todas las noches para escuchar. Por tanto, son cuentos de la tradición oral afroamericana, aunque recopilados por el periodista blanco Joel Chandler Harris. Otros personajes animales desfilan por las historias, y contra ellos el hermano Conejo siempre sale airoso pese a no ser ni el más grande ni el más fuerte. Es un simbolismo de los habitantes del sur de Estados Unidos y sus prejuicios sociales, los cuales Harris deseaba que superaran.
Los “Cuentos eslovacos” de Pavol Dobsinsky son una colección de ocho volúmenes en los que este escritor del siglo XIX recopila cuentos, adivinanzas, dichos, refranes, leyendas y relatos de toda la historia de Eslovaquia. Muchos consideran que es la mejor vía para introducirse en la historia de este país, y todos sus habitantes están muy orgullosos de estos libros. Es un símbolo de identidad nacional, un tesoro público, y ha ayudado a exponer una cultura al resto del mundo. Además de recopilarlos, suprimió los pasajes más escabrosos para hacerlo accesible a un público menudo. Totalmente recomendable para introducirse en el folclore eslovaco y para aprender ingeniosas historias.
Los “Cuentos morales” de Rafael Pombo son los mejores exponentes de la literatura infantil sudamericana del siglo XIX. Es una colección de poemas para niños con la diáfana intención de enseñar a los niños a que se porten de manera adecuada. Estos poemas se caracterizan por su ritmo y, como su nombre indica, fuerte moralidad. Esta moralidad en ocasiones se esconde tras versos irónicos y con toques de humor negro. Algunos de los cuentos más famosos que contiene son “La pobre viejecita” y “El renacuajo paseador”.