“El cochecito de caballos” es un famoso libro de Graham Greene protagonizado por un coche de caballos, como otros cuentos que tanto gustan a los más pequeños. Aunque Greene escribió para adultos principalmente, esto no le impidió ganarse el reconocimiento de la crítica con este cuento. Además, también transmite la sensación de opresión que sufren clases bajas de la sociedad. La historia se centra en el señor Potter y en su pequeño negocio de barrio, el cual se ve seriamente amenazado cuando instalan al lado unos grandes almacenes. Unos extraños acontecimientos se suceden y el señor Potter intenta ser robado, lo cual es impedido por el coche de caballos y el caballo Brandy, empleados para repartir a domicilio. El final es completamente feliz para Potter, pues los grandes almacenes entran en quiebra y él no pierde su negocio. Dos son las ediciones recordadas de este libro por sus diferentes ilustraciones: la primera, de Dorothy Craigie, y una posterior de Edward Ardizzone.
“El maravilloso mago de Oz” es uno de los cuentos que todo el mundo conoce. Quizá su fama sea debida principalmente a la adaptación cinematográfica de 1939, lo cual no resta méritos a la increíble novela de Lyman Frank Baum. De hecho, escribió trece libros más de la misma saga. La protagonista de la historia es Dorothy, una niña de Kansas que es transportada junto a su perro por un tornado a un mundo maravilloso. En dicho mundo deberá encontrar al Mago de Oz, que está en Ciudad Esmeralda, para poder volver a casa. En sus aventuras le acompañan tres personajes inolvidables: el león cobarde, el hombre de hojalata y el espantapájaros. Cada uno, a su vez, busca lo que le falta: valor, corazón y cerebro, respectivamente. Con todos estos ingredientes, la moraleja del libro es diáfana: la importancia de la amistad en los momentos de adversidad. Es esencial sentirse apoyado en las situaciones más complicadas, y éstas pueden hacerse llevaderas e, incluso, entretenidas. Un relato inolvidable.
Esta obra de Dorothy Edwards es por excelencia el típico cuento para narrar en voz alta y atraer la atención del niño. En él se simula la forma en que un adulto cuenta las cosas a los niños, con frases en primera persona y con múltiples preguntas que buscan la reciprocidad del lector. La hermana pequeña resulta no ser malvada, sino muy traviesa. Los hechos que se suceden son cotidianos y se marcan profundamente en la mente de un niño. Inicialmente las historias fueron radiadas por la BBC en los años 50. El libro fue ilustrado originalmente por Henrietta Garland, aunque la espléndida Shirley Hughes le tomó posteriormente el relevo.