Harper Lee no fue famoso por su faceta como escritor. De hecho, “Matar a un ruiseñor” es su único libro, el cual le valió el Premio Pulitzer. Este conmovedor relato se centra en Scout, una niña cuyo padre es abogado y a través de la cual se cuentan vivencias que rozan temas tan controvertidos como la igualdad social, la justicia o el racismo. Harper Lee se inspiró en su misma infancia, la cual transcurrió en la Alabama más rural. Personajes de las más variopintos pero a la vez representativos de dicha sociedad desfilan por las páginas del libro: hombres blancos recluidos en su propia casa, borrachos que acusan a hombres de color injustamente, hombres de color llevados a prisión de forma injusta, etc. “Matar a un ruiseñor” es un clásico de la crítica a los valores del sur de Estados Unidos, región en la que históricamente se ha echado en falta algo más de dignidad, respeto e igualdad.
El señor Bowditch al que hace referencia el título de la novela es, ni más ni menos, que Nathaniel Bowditch, célebre matemático y navegante. Este emprendedor de los siglos XVIII y XIX es conocido como uno de los padres de la navegación actual. Bowditch es precisamente el protagonista de la novela, pues el autor Jean Lee Latham acostumbrada a integrar personajes históricos en sus relatos. “Siga, señor Bowditch” cuenta ni más ni menos que la vida de esta figura esencial de la navegación a modo de cuento juvenil. Y es que la vida de Bowditch fue intensa y llena de obstáculos. Desde pequeño quiso estudiar matemáticas pero no pudo porque su familia nunca atravesó buenos momentos económicos. Para conseguirlo fue autodidacta y trabajó durante años como contable. Cuando aprendió matemáticas, Bowditch empezó a revisar y corregir cartas de navegación, y acabó exponiendo sus pensamientos en su obra “The New American Practical Navigator”. Esta novela es un perfecto ejemplo de ficción histórica y biográfica, y además se adentra en las vivencias de una figura digna de admirar.
Las extravagantes aventuras de los protagonistas de la serie “La familia Bobbsey” siguen entreteniendo a niños ávidos de historias curiosas. Éste es el primer libro de una saga que se prolongó durante 75 años, la cual fue obrada por escritores anónimos. Los protagonistas son 4 hermanos, dos de 12 años y otros 2 de 6 años de edad. Nan, Bert, Freddie y Flossie resuelven misterios como si fueran puros detectives. Al estilo de Sherlock Holmes, la policía colabora incluso con ellos. Esta premisa puede parecer surrealista, pero a un niño le sirve para sentirse identificado con ellos y creerse capaz de realizar hazañas como los Bobbsey. Sirve para despertar su curiosidad y para abrir un mundo de soluciones a problemas mundanos que en ocasiones queremos exagerar. “La familia Bobbsey” cuenta una historia exagerada pero encantadora, de las que gustan a los lectores más intrépidos sin reparar en el realismo de la situación.
Al igual que sucede con Mike Mulligan y su excavadora, en este cuento de Virginia Lee Burton se muestra la humanización de un gran objeto o construcción. En este caso, como el nombre indica, se trata de una casa. Concretamente, es una pequeña casa situada en medio del campo, en Estados Unidos, y construida en el siglo XIX. De forma muy interesante, se muestra cómo la casa puede ver a sus dueños originales y a los niños jugar. Sin embargo, el tiempo pasa y los niños se van, el progreso hace que se construyan más infraestructuras y pronto se ve absorbida por una ciudad. Una lejana descendiente de los dueños originales la recompra, la traslada al campo y puede vivir de nuevo en un ambiente bucólico de paz y tranquilidad. De nuevo, es una crítica al progreso y a la suplantación de épocas históricas por otras venideras, así como una exaltación de la vida rural. Las ilustraciones son de llamativa acuarela.
“Mike Mulligan y su excavadora” es el más célebre cuento de Virginia Lee Burton, la cual, como tantos otros autores, se inspiró en sus hijos y en su fascinación por las grandes construcciones. Mike es el obrero protagonista de la obra, y trabaja con Mary Anne, su excavadora de confianza, como si fueran amigos. El cuento plantea la obsolescencia ocasionada por el avance tecnológico, ya que Mike y Mary Anne pierden su trabajo ante las modernas excavadoras que surgen. Sin embargo, demuestran su eficacia y vuelven a demostrar que siguen sirviendo a la obra. Las ilustraciones están realizadas en cera, y se muestran valores de convicción personal, persistencia, decisión y autoconfianza.