“Los pitufos negros” es la primera entrega de las aventuras de estos peculiares personajes que, actualmente, son parte de la historia de la literatura infantil y el cómic. Los Pitufos aparecieron como parte de otra serie de historietas, “Le Journal de Spirou”, en 1958. Pero su impacto fue tal que Peyo se vio obligado a publicar más historietas hasta convertir a estos diminutos seres en su obra cumbre. En “Los pitufos negros” un insecto pica a un pitufo azul y se torna negro, y además enloquece. Este pitufo, a su vez, pretende morder a otros pitufos convirtiéndolos en pitufos negros. El único superviviente acaba siendo Papá Pitufo, quien descubre que todos se pueden curar con un tipo especial de polen. Al final, la normalidad y el regocijo vuelven a la Aldea Pitufa. Peyo acabó declarando que se sentía prisionero de los Pitufos, pues entregó su vida a ellos hasta su fallecimiento en 1992. Posteriormente estas criaturas azules han seguido vivas gracias a adaptaciones de todo tipo y a la continuación de historias por parte de otros. Toda una leyenda de los cuentos infantiles que además ha transmitido valores positivos a los más pequeños a través de las diferentes décadas.
Aunque los protagonistas de la historia creada por Martin Waddell y Barbara Firth son osos, perfectamente podrían ser personas, pues se muestra una relación padre-hijo conmovedora. El osito no puede dormir porque tiene mucho miedo a la oscuridad de la cueva en la que se refugian. Papá oso intenta tranquilizarlo trayendo cada vez candiles y luces que aportan más iluminación, pero el osito sigue teniendo miedo. El padre se desvela por hacer a su hijo sentirse protegido y no desespera en ningún momento. Cuando parece que no hay solución, ambos deciden salir juntos de la cueva, y el padre le dice que para iluminarle le ha traído la luna, hermosa en ese momento. Además de la relación entre un padre y su hijo, uno de los temas más interesantes tratados en “¿No duermes, osito?” es cómo los niños confían ciegamente en los adultos, especialmente en sus padres, y la importancia durante la infancia de sentirse correspondido y protegido en este sentido. Por tanto, también tiene un mensaje moral para los padres.
La historia que se cuenta en “Por fin un poco de paz” podría ser la de cualquier familia en su día a día. Con ella, al niño se le pide que entienda el sacrificio que sus padres están haciendo por él. La premisa es sencilla: un oso, padre de familia, no puede conciliar el sueño por la cantidad de ruidos que hay en su entorno. El hijo y la madre se despiden para irse a dormir, donde Jill Murphy sabe mostrar a la perfección la rutina nocturna. El padre también se acuesta al mismo tiempo, pero no logra dormirse. Sale de su cama y prueba a tumbarse en todas las habitaciones de la casa, pero nada. Finalmente, con las primeras luces del alba, cae agotado encima de su coche. Con las fuerzas que le quedan logra volver a su cama, pero pronto su esposa y su hijo se despiertan y le obligan a alzarse. Aunque Murphy transmite hábilmente con sus imágenes el cansancio del papá oso, resulta muy entrañable ver cómo éste se derrite ante su hijo cuando éste va a despertarlo. Se trata de un magnífico libro que llegó a ser finalista de la Medalla Kate Greenaway.
Papá Noel es un personaje incluido en prácticamente todas las culturas de todo el mundo. El libro de 1973, de Raymond Briggs, pretende humanizar la figura de este entrañable icono navideño. Para ello, añade situaciones cómicas y cotidianas a la vida de Papá Noel. Este señor se enoja cuando tiene que salir a trabajar y hace mal tiempo, y lo paga insultando cariñosamente a sus renos. Vive en una casa normal y corriente, en el Ártico, y se muestra como un hombre un poco desordenado. Le encantaría vivir en un lugar cálido, y disfruta con la comida y bebida que le dejan en las casas cuando las visita. Además, tiene miedo de llegar a casas cuyo acceso no esté bien preparado. Se trata de un libro imprescindible para que los niños no le tengan miedo a Papá Noel, al tiempo que se convencen de la forma de trabajar de éste y de lo importante que es portarse bien para recibir sus regalos.