Las historias de Ivor son bastante surrealistas y se encuentran en la línea de otras en las que se muestran objetos, vehículos o construcciones antropomórficas. Ivor es una locomotora verde con pensamiento propio que viaja por Gales con el conductor Jones Vapor. Pese a estar servida de carbón y agua, no es feliz. Su amo averigua que quiere cantar en un coro. Con la ayuda de Dai Estación es llevado al coro de Evans Canción, a quien el tono de Ivor no convence. Después llevado al señor Morgan, quien le arregla las tuberías y es finalmente aceptado en un coro. Estos libros surgieron a partir de un programa británico de diez minutos. El escritor Oliver Postgate participaba en el proyecto previo, así como el ilustrador Peter Firmin. Esta obra está muy influenciada por el poeta galés Dylan Thomas en lo narrativo y se caracteriza por dibujos anacrónicos y simples.
La protagonista de esta maravillosa aventura escrita por Krasilovsky es Hendrika, una vaca gorda que se aburre en su granja. Por ello, un día se escapa y se sumerge en el río, subiendo a duras penas a una balsa. En ella, puede ver las maravillas del paisaje de los Países Bajos: tulipanes, molinos, tiendas de queso, canales… Gracias a la corriente llega a la ciudad, donde monta un alboroto al empezar a correr. Por suerte su amo está allí y la recoge para llevarla a casa, aunque entonces Hendrika ya está satisfecha de todo lo visto. El relato es tranquilo, y el ritmo del río se nota en la propia lectura. Las imágenes de Peter Spier maravillan por su color y por la preciosidad del paisaje evocado, realizadas con pluma y acuarelas. La vaca protagonista se debate entre la timidez y el alboroto, siempre con buenas intenciones.