La protagonista de esta maravillosa aventura escrita por Krasilovsky es Hendrika, una vaca gorda que se aburre en su granja. Por ello, un día se escapa y se sumerge en el río, subiendo a duras penas a una balsa. En ella, puede ver las maravillas del paisaje de los Países Bajos: tulipanes, molinos, tiendas de queso, canales… Gracias a la corriente llega a la ciudad, donde monta un alboroto al empezar a correr. Por suerte su amo está allí y la recoge para llevarla a casa, aunque entonces Hendrika ya está satisfecha de todo lo visto. El relato es tranquilo, y el ritmo del río se nota en la propia lectura. Las imágenes de Peter Spier maravillan por su color y por la preciosidad del paisaje evocado, realizadas con pluma y acuarelas. La vaca protagonista se debate entre la timidez y el alboroto, siempre con buenas intenciones.