Nunca una idea tan simplista tuvo tanto éxito. Los protagonistas de este cuento son dos sencillas manchas redondeadas, una amarilla y otra azul. Ambas son muy amigas, son vecinos, pasan el día en el colegio juntos, etc. Por la tarde, tras haberse perdido una de otra, se abrazan de alegría y ambas se funden en una única mancha verde. Al separarse para volver a casa, sus padres no las reconocen por el cambio de color. Finalmente, recobran su apariencia original. Leo Lionni tuvo esta original idea para introducir el concepto de color entre los más pequeños, además de que innovó con la técnica del collage de papel cortado. La sencillez de la obra la acerca más a los niños.