El Premio CBCA de Australia en 1994 recayó en “La masa”, de la exitosa Isobelle Carmody. Protagonizada por Nathaniel Delaney, esta novela se podría definir como una combinación de novela adolescente y terror sobrenatural. Nathaniel se muda a vivir a Cheshunt, una localidad en la costa australiana que parece dominada por fuerzas malignas. El ambiente es opresivo y la atmósfera recargada, hechos que Nathaniel no pasa por alto. La prueba de fuego del protagonista viene cuando se le demanda entrar en sendas pandillas juveniles llamadas La Masa y La Cadena. Como posteriormente averiguará, ambas no son más que una metáfora del eterno conflicto entre el bien y el mal, y la elección de Nathaniel por tanto resultará trascendental no sólo para él sino para todos los vecinos de Cheshunt. Carmody manipula la fantasía a la perfección, integrándola en un lugar que se presenta cotidiano pero imperfecto. Un absorbente relato que merece la pena descubrir.
Cuando somos adolescentes y nos enamoramos, enaltecemos la figura de la otra persona como si fuera un Dios o una Diosa. La intensidad del sentimiento es tan fuerte que pensamos que vamos a estar con él o con ella el resto de nuestras vidas. Pero la realidad es mucho más cruda, y por ello el dolor por la ruptura de una relación adolescente es tan profundo. Per Nilsson maneja esta temática a la perfección con una narración cuanto menos curiosa, articulada a través de los objetos que el protagonista colecciona de su relación. Como historia de realismo arraigado, el final no es feliz, sino angustioso, pero esto es algo que se ve venir durante toda la novela. Ann-Katrin ha hecho mucho daño al protagonista, y el amor puro, primerizo y tan vivo se transforma en odio, desengaño y desencanto. Ese tipo de vivencia a menudo son descorazonadoras para cualquiera, y alguien que todavía no las haya vivido puede estar avisado gracias a este excepcional “Deleite del corazón”.
Hablar de un best-seller adolescente de las últimas dos décadas es hablar de “Titeuf”. Las historias de este personaje se articulan a través de tiras cómicas ultracortas y directas. Casi todas ellas transcurren en el colegio, más concretamente en el patio del mismo. Aunque cada cómic es corto, la situación se plantea adecuadamente y finaliza casi siempre con sentido del humor. Lo que a muchos puede parecerle banal, realmente es una potente herramienta para tratar temáticas tan serias y diversas como el amor, la amistad, la sexualidad, la discapacidad, la guerra o la desigualdad social. He ahí el éxito también de crítica que ha recibido la obra de Zep. Titeuf viste pantalones blancos, camiseta roja y un mechón rubio característico. El personaje se acerca mucho en su comportamiento y aficiones a los adolescente de hoy en día. Esto, junto al imprescindible reparto de compañeros como Nadia, Manu, Hugo y Vómito, ha incrementado la popularidad de “Titeuf”. Este cómic moderno aúna ingenio y realismo de forma tan atractiva que es difícil resistirse.
“Buscando a Alibrandi” es, de forma simultánea, una novela al uso y una novela inusual. Por un lado, su temática no es nada rompedora, ya que muestra las preocupaciones de una adolescente que está a punto de dar el salto a la madurez. Por otro, el estilo narrativo y la frescura la convierten en una lectura especial. Josephine Alibrandi, más conocida como Josie, tiene 17 años y repentinamente se ve en varios puntos conflictivos. Su padre regresa tras años desaparecido, su año escolar se complica, su abuela la regaña constantemente y no se siente del todo a gusto en su estrato social. Y es que Josie es Australiana pero de origen Italiano, y entre ambas raíces se definen sus valores, conservadores pero a la vez modernos. Los pensamientos de Josie calarán en el lector por su sinceridad, y es imposible no identificarse con las preocupaciones de la protagonista. “Buscando a Alibrandi” también ofrece un contrapunto humorístico a través de la abuela de Josie y su visión diferente del mundo que le rodea. En 1993, esta obra fue premiada como Libro del Año por el C.B.C.A. en Australia, muestra de la calidad de la misma.
La adolescencia pueden verse súbitamente interrumpidas por un embarazo no deseado. Este acontecimiento altera la vida de cualquier persona para siempre. Una juventud privada de amistades, momentos felices y diversión condiciona la existencia de cualquiera, y por ello se hace necesario concienciar a los adolescentes. “Querido nadie” trata este escabroso tema de forma muy hábil, prueba de ello es la Medalla Carnegie que Berlie Doherty recibió en 1991. Helen y Chris están muy enamorados, disfrutan la intensidad de la primera relación con pasión y alegría. No obstante, ésta se trunca y ambos madurarán fortuitamente para afrontar la maternidad y la paternidad. Helen se aísla y escribe cartas para su futuro hijo, y Chris no sabe cómo actuar de forma correcta. Cuando dan la noticia, la familia ofrece todo su apoyo y comprensión, como debe suceder. La vida es así y todos somos responsables de nuestros actos. Esta lección nos la enseña “Querido nadie” a través de un argumento que calará hondo en cualquier adolescente y lo pondrá alerta.
“Las visitas” es una novela que representa a la perfección la literatura juvenil de Argentina de los años 90. Protagonizado por Fernando, un niño de doce años, este libro derrocha sensibilidad a la vez que nos describe una cultura particular. Fernando no conoce a su padre y desde pequeño se le ha dicho que se fue de viaje. En la actualidad, Fernando no es privado de la verdad y se nos explica que su padre está convicto. Entonces se inician una serie de visitas de Fernando a la cárcer para ver a su padre. El carácter adolescente hace que Fernando guarde la información con recelo, y todo se complica cuando su madre empieza a salir con una nueva pareja. La ruptura entre sus padres es en ese momento definitiva, y Fernando deberá hacer uso de su mundo interior para evadirse de los problemas. De esta forma, la autora Silvia Schujer nos abre un mundo de fantasía que contrasta con la cruda realidad y que servirá a Fernando como vía de escape. Escrito en primera persona, esta maravillosa obra destila personalidad encluso en el estilo de la escritura, pues no faltan líneas típicas del coloquio argentino.
La literatura adolescente sueca tiene en Peter Pohl un referente, y en “Mi amigo Johnny” un ejemplo perfecto. Esta novela está contada de una forma curiosa, puesto que se narra en forma de recuerdo a partir de un interrogatorio que la policía hace a Chris, el protagonista. Johnny es un chico pelirrojo que fascina a todos los niños de la escuela por su destreza con la bicicleta. Al mismo tiempo, Johnny está envuelto por un aura de misterio porque nadie conoce su verdadero origen ni su pasado. Esto es lo que la policía cuestiona a Chris, y cómo se construye la historia en torno a ello es una delicia. El relato carga de interrogantes al lector, manteniéndolo pegado página tras página. Al fin y al cabo, el suspense se sostiene porque es una situación con la que todos nos podemos ver identificados, una batallita más de la adolescencia que acogemos con nostalgia.
La Medalla Carnegie de 1984 fue a las manos de Margaret Mahy por su novela “La transformación”. Esta suerte de relato de terror con tintes de novela romántica alcanzó éxito comercial más allá de Nueva Zelanda y Reino Unido. La protagonista, Laura Chant, debe enfrentarse a una sórdida situación con tan sólo catorce años: liberar a su hermano pequeño Jacko de las garras de un espíritu maligno que lo usa para revitalizarse a su costa. Dicho espíritu es un vampiro llamado Braque, y para combatirlo Laura pedirá ayuda a Sorry, un compañero de escuela con ciertos poderes. Gracias a él Laura se convierte en una bruja para salvar a Jacko. El punto optimista de la historia deriva del romance instaurado entre Laura y Sorry. La autora, más allá de ofrecer un cuento simplista, ahonda en las preocupaciones de los adolescentes y nos narra las transformaciones típicas de esta estapa como si fuesen algo mágico.
Cuando uno es adolescente se cree a sí mismo el Rey del Mundo. Este sentimiento es el que comunica la célebre escritora australiana Robin Klein en “¡Te odio, Alison!”. La protagonista, Erica Yurken, quiere acabar con todo lo que no le gusta y guiarse a través de la vida según sus convicciones. Empezando por cambiarse el nombre, que considera estúpido, y llegando a ser la chica perfecta. El camino de Erica, como el de cualquier adolescente, se llena de imprevistos y trabas que la confundirán en su búsqueda de la felicidad. Alison Ashley aparece en escena para rivalizar con Erica, sintiéndose nuestra joven heroína inferior a su lado. La inseguridad, la indignación y la desesperación, sensaciones tan a flor de piel en un adolescente, son excelentemente descritas por Klein. Tarde o temprano Erica acaba resignándose y dándose cuenta de que las cosas no son como ella piensa. Madurar a tiempo es el mejor remedio posible para alcanzar una felicidad más real que la que Erica ansiaba. Un excelente libro para educar en el comportamiento a muchos adolescentes.
La sueca Maria Gripe es célebre por sus cuentos oscuros y con elementos sobrenaturales. “Agnes Cecilia” recibe este título por la muñeca que es regalada a la protagonista, Nora. A esta joven la han enviado con una familia de acogida tras perder a sus padres. Por si esto no fuese de por sí dramático, una serie de extraños sucesos acontecen a Nora, los cuales relacionará con fantasmas. Nora intuye que dichos fantasmas están relacionados con la desaparición de sus padres. Tras resolver el misterio, la embriaga una paz interior y un sentimiento de liberación. Maria Gripe se caracteriza por describir espléndidamente la psicología de sus personajes, y las quimeras y pensamientos de Nora así lo demuestran. Asimismo, hay un clima constante de tensión porque cualquier posibilidad sobrenatural está abierta. “Agnes Cecilia” funciona como cuento de fantasmas, pero sobre todo como descripción de la difícil etapa que supone la adolescencia en algunos sentidos.