El animador Mo Willems se reconvertiría como escritor con esta primera incursión en el campo de la literatura infantil. “¡No dejes que la paloma conduzca el autobús!” es un cuento tremendamente interactivo que además hará reflexionar al pequeño lector. El niño debe sentirse identificado con la paloma, pues Willems la describe como un ser caprichoso y persuasivo. El padre o adulto, por otro lado, debe cumplir el rol de conductor de autobús. El texto se dirige al lector de forma espontánea, como si entablara una conversación con él. La historia cuenta cómo el conductor de autobús debe dejar estacionado momentáneamente su vehículo y solicita al lector que cuide que no se lo roben y, sobre todo, que no deje que la paloma la conduzca. La paloma se convertirá como un niño, con súplicas, pataletas, histeria y negociación desesperada. Por supuesto, como sucede con un niño, esta rabieta será temporal, y pronto se le pasará. El conductor acaba dando las gracias al lector por haber cuidado del autobús. Se trata de un libro didáctico a la vez que curiosamente entretenido.
“No podíamos dejar a Dinah” es un entrañable cuento ambientado en la Segunda Guerra Mundial y con un protagonista de excepción, un pony. Realmente los personajes principales son dos hermanos, Carolina y Mick. Ambos se reúnen a menudo en el Pony Club. Una noche, de forma súbita, llegan noticias de una invasión alemana de Inglaterra. Los dos hermanos, que viven en una Isla del Canal de La Mancha, deben ser evacuados. Problemas durante la fuga les llevan a una cueva, donde se asientan. Sin embargo, a los hermanos les siguen llegando noticias y acaban descifrando un código para evitar que toda Gran Bretaña sea invadida. Entonces el ritmo de la lectura pasa a ser frenético y los protagonistas se convierten en unos héroes. Esta historia le mereció a su autora, Mary Treadgold, la Medalla Carnegie en 1941. Es un relato donde los niños son tratados como héroes, lo cual siempre gustará a los adolescentes lectores. Ambos jóvenes son capaces de permanecer en su isla con tal de no dejarse atrás a sus queridos ponys.