Mientras que en la primera entrega de Corduroy el osito protagonista lucha por ser comprado y finalmente disfruta de una vida en familia, en esta segunda parte se enfrenta a una situación desesperada en lo que parecía ser una jornada divertida para él y su familia. Corduroy acude con Lisa y su madre a la lavandería. Siempre atento a lo que hacen los humanos, Corduroy queda fascinado por cómo Lisa chequea los bolsillos para no introducir nada de valor o por error en la lavadora. El osito quiere hacer lo mismo, pero se percata de que no tiene bolsillos. Sin avisar a Lisa, Corduroy se va a buscar material para fabricarse uno, pero inevitablemente se acaba perdiendo y vuelve a la lavandería en el cubo de un artista. Por suerte, Corduroy acaba siendo rescatado al día siguiente y no hay momento más feliz que su reencuentro con su familia. Don Freeman sabía perfectamente cómo tratar temas como la seguridad infantil o tener una familia que te quiera, pues él mismo era huérfano y en su vida se sintió como un juguete abandonado y rescatado de forma feliz.
“¿Dónde está mi osito?” es realmente un libro de poemas repleto de ilustraciones con el que Jez Alborough aborda de forma inteligente muchos temas de la niñez y de la psicología infantil. La historia cuenta cómo Eddy, un niño que ha perdido a su peluche, se pierde en el bosque tratando de encontrarlo. No obstante, lo que de repente aparece es un osito de peluche gigante, y Eddy lo coge. Caminando por el bosque hacia unos sonidos lastimeros, Eddy se topa con un oso que tiene el peluche de Eddy en sus brazos. Curiosamente, el niño a su vez sujeta el peluche del oso. Ambos se intercambian sus juguetes y despavoridos huyen a sus casas para disfrutar de ellos. Algunos tópicos que Alborough comenta es el asombro que sufre un niño ante algo que nunca ha visto antes, lo impactado que se siente ante la diferencia de tamaños y el confort que se siente al saber que no eres el único que tienes miedo a lo desconocido.
Aunque los protagonistas de la historia creada por Martin Waddell y Barbara Firth son osos, perfectamente podrían ser personas, pues se muestra una relación padre-hijo conmovedora. El osito no puede dormir porque tiene mucho miedo a la oscuridad de la cueva en la que se refugian. Papá oso intenta tranquilizarlo trayendo cada vez candiles y luces que aportan más iluminación, pero el osito sigue teniendo miedo. El padre se desvela por hacer a su hijo sentirse protegido y no desespera en ningún momento. Cuando parece que no hay solución, ambos deciden salir juntos de la cueva, y el padre le dice que para iluminarle le ha traído la luna, hermosa en ese momento. Además de la relación entre un padre y su hijo, uno de los temas más interesantes tratados en “¿No duermes, osito?” es cómo los niños confían ciegamente en los adultos, especialmente en sus padres, y la importancia durante la infancia de sentirse correspondido y protegido en este sentido. Por tanto, también tiene un mensaje moral para los padres.
“Cuentos de Teddy Robinson” es una de esas entrañables historias sobre osos de peluche inseparables de su amo. En este caso, Teddy pasa todo el tiempo con Deborah. El osito ama a su familia e intenta no despegarse de la niña. No obstante, ésta a veces lo olvida y, curiosamente, surgen nuevas aventuras para Teddy. El osito intentará volver con su dueña y así poder seguir recitándole poesías, una de las cosas que más le gustan al peluche. Las historias van desde fiestas de cumpleaños y visitas a parques de atracciones, pasando por percances como días en el hospital o noches fueras de casa. La serie de Teddy Robinson cosechó muchos éxitos, y, como tantas otras, se basan en vivencias del propio autor. En el caso de Teddy Robinson en la hija de Joan G. Robinson y su oso de peluche.
Corduroy es un conmovedor osito de peluche que ansía que alguien le saque de la tienda donde está puesto a la venta. Para ello, siempre posa como mejor sabe en su estantería. Una niña se interesa mucho por él pero la madre lo rechaza por asuntos económicos. La niña finalmente logra adquirirlo con su propio dinero. Algunas peculiaridades de esta enternecedora historia son que muestran una familia afroamericana, o el característico mono con tirantes verde de Corduroy. Una vez en la casa de la niña, el oso aprovecha cada noche para salir de aventuras. Muchos consideran que esta historia de Don Freeman está desfasada, pero lo cierto es que no contiene ningún ápice de ironía o maldad, y el mensaje de bondad es muy directo.
Rupert el osito es un personaje muy célebre de Inglaterra. Desde su primera aparición en 1920 en el Daily Express, ha seguido apareciendo siempre salvo en contadas ocasiones. Además, fue un símbolo de la Inglaterra pacífica de mitad de siglo XX. Él vive con sus amigos en Nutwood, y es muy difícil de sorprender pese a las múltiples aventuras que vive. Es toda una estrella mediática, dando lugar a una serie de dibujos, ha aparecido en sellos, tiene sala de exposiciones e incluso ha salido en videoclips con Paul McCartney. Se han realizado libros recopilatorios de sus entrañables historietas.
Este personaje es un clásico de los libros infantiles en Francia, con una colección propia de hasta 52 cuentos. Sus historias narran la vida diaria de un joven oso, que vive con sus padres osos. Suele gustar a los niños porque se sienten identificados con sus vivencias, y además empieza a despertar curiosidad por ciertos temas. Ese descubrimiento del entorno hace que los peques se sumerjan a la perfección en las historias de Osito Pardo.
Los cuentos fueron publicados por las revistas infantiles “Popi”y “Pommed’Api”. Además, fue adaptado como serie de televisión de dibujos animados, que ha llegado a ser incluso más popular que los libros. Las ilustraciones, de DanieleBour, son bonitas y coloridas, y a su vez detalladas. Son unos cuentos ideales para leer en la infancia temprana.