“El viejo Tom” (“Old Tom”) se convirtió casi desde su publicación en un éxito de ventas en Australia, ganó el S.A. Kanga Award., dio pie a una saga de cuentos e incluso disfrutó de una serie de televisión. Todo ello ha convertido a Tom en uno de los personajes más carismáticos y reconocidos de la literatura infantil australiana reciente. Y es que este “monstruito”, definido por el propio autor Leigh Hobbs como un cruce entre un perro pastor australiano y un diablo de Tasmania, se ha ganado el corazón de los más pequeños e incluso de muchos adultos. Tom llega a casa de Angela Throgmorton en una cesta, y ésta, bondadosa, lo acoge y lo cría. Pero la aparentemente infinita paciencia de Angela comienza a mermar conforme Tom hace más y más travesuras, comete descuidos y presenta comportamientos maliciosos. Cuando la convivencia entre ambos se hace imposible, Angela lo echa de casa. Tom pasa dificultades y es capturado, y Angela lo rescatará y el entrañable “monstruito” se portará bien desde entonces. Acompañado por su espina de pez como mascota, Tom es todo un icono infantil y una de las primeras experiencias de los niños de Australia con la lectura.