“La hacienda Flambards” es un frío retrato de la mentalidad tradicional inglesa y el conflicto que se produjo entre ésta y el progreso a mediados del siglo XX. El escenario escogido por Kathleen Peyton es una hacienda llamada Flambards. La protagonista es Christina Parsons, una adolescente que, tras quedar huérfana, es enviada a la susodicha finca a vivir con su tío Russell. Los elementos más tradicionales y el pensamiento más retrógado están presentes en Flambards, y Christina deberá hacer frente a ello y a las intenciones de su tío de casarla con su primo Mark. No obstante, ella se encariña más con Will, el hermano pequeño de Mark. La amistad que Christina entabla también con Dick, un empleado de Flambards, terminará por encender la ira de su tío Russell. Éste acabará usando la violencia para poner orden en la casa, y Christina y Will se verán obligados a escapar para disfrutar de su juventud y su libertad. El pensamiento progresivo triunfa y algunas tradiciones británicas son fuertemente criticadas por Peyton.
“La cría marina” es una de las más conocidas obras del inconfundible Russell Hoban, al que algunos han definido como la extensión del realismo mágico a la literatura infantil, y del cual se pueden extraer ideas más adultas de lo que aparentan inicialmente. Y no sólo a nivel ideológico, pues el lenguaje es quizá un poco elevado para un niño. De ahí que también sirve para pequeños y mayores. El protagonista es un pájaro extraño (mezcla de dodo y frailecillo), el cual tiene como amigos a una anguila, un cangrejo y un albatros. Cada uno de estos personajes tiene un rasgo muy distintivo y muy humano a su vez, dotando de tintes surrealistas a la historia. Lo que se nos muestra a través de ella es cómo enfrentarse a los desafíos que se nos ponen por delante. Los dibujos, originalmente de Abrom Hoban y luego redefinidos por Patrick Benson, cautivan por sus paisajes amplios y su expresividad. Un bonito libro con el que pueden disfrutar pequeños y jóvenes.