“Dodo se casa” es una entrega de la celebérrima saga “El mundo de Lottie”, de la alemana (adoptada estadounidense) Petra Mathers. Los habituales personajes como Lottie el pollo, Herbie el pato y Dodo, una ave alemana, son acompañados por un nuevo individuo casi protagonista para la ocasión: el ave marina Vince. Éste es realmente un piloto de aviación del cual Dodo se enamora. A pesar de que la premisa y las ilustraciones, adorables y divertidas de la propia Mathers, invitan a un cuento cálido y sencillo, la trama adquiere profundiad a través de la psicología de Vince. Y es que él perdió una pata en una misión y se ha vuelto huraño, difícil de tratar y de comportamiento variable. Eso no quita que, en el fondo, sea una bellísima persona, la que Dodo quiere resucitar y por la que quiere luchar. Así es como sucede, pues la unión ayuda a Vince y ambos se casan, saliendo la luz del sol incluso en los momentos más difíciles. Ese es el mensaje a captar por los pequeños lectores y que hacen merecer la pena esta obra.
Lassie es uno de los perros más famosos de la ficción. La fama probablemente se deba al éxito de la serie televisiva. Pero no hay que olvidarse que el germen de dicho producto son las excelentes novelas de Eric Knight. En “Lassie vuelve a casa”, el célebre can vive todo tipo de adversidades para regresar con su amo, el joven Joe Carraclough. Lassie se escapa de otras familias, y en su odisea se enfrenta a seres humanos malvados, pero también a otros más benévolos. Los valores que este querido collie siempre ha transmitido son los de fidelidad, lealtad y constancia. El personaje de Lassie está inspirado en el propio perro del autor. Actualmente, Lassie sigue siendo uno de los perros más asentados en el imaginario popular, y sus historias han llegado al corazón de millones de lectores y de espectadores. La obra original de Knight merece ser visitada.
La experiencia de leer “La casa embrujada” es incomparable a la de cualquier otro libro infantil. Jan Pienkowski era un perfeccionista que hizo evolucionar la literatura infantil a base de introducir detalles, ingenios y pop-ups. Muchos han dicho que esta obra es como un viaje a través de un parque de atracciones. Contiene texto e incluso una historia que seguir, pero esto queda sepultado por las apariciones de los monstruos y por los desplegables que contiene. Además, el simple hecho de que el cuento sea de terror, hace que el niño esté siempre alerta y atento a lo que está viendo. La interacción entre el lector y la obra nunca había sido llevada tan lejos como con “La casa embrujada”. Incluso el estirar un desplegable puede provocarte más de un susto… Gatos negros, ojos que se mueven, damas de aspecto lúgubre, tentáculos y muchos más detalles variopintos desfilan en esta maravilla de Pienkowski.
De la saga homónima, este libro es realmente el segundo de la misma. La saga completa de “La casa de la pradera” cuenta la infancia de la autora, y se inició con el fabuloso “La casa del bosque”. En este libro se cuenta el viaje de la pequeña Laura Ingalls con su familia desde Wisconsin hasta Kansas. Los padres de Laura muestran una actitud positiva que intentan transmitir a la niña para que se sienta segura a lo largo del viaje y para que distraiga su mente de los peligros del camino. La precisión histórica del relato es admirable, y se describen paisajes, vestimentas, costumbres y la presencia de los nativos norteamericanos. Como en otras novelas de Ingalls, la mirada es más adulta de lo que puede parecer, y la melancolía y crudeza conviven con la inocencia de la pequeña protagonista. Una imprescindible de la literatura infantil de Estados Unidos.
La prestigiosa Laura Ingalls escribió “La casa del bosque”, su primera novela, cuando tenía más de 60 años. Igual que el resto de narraciones de Ingalls, “La casa del bosque” contiene retazos de las memorias de la autora y de sus antepasados. En este caso en particular, la protagonista, también llamada Laura, vive con su familia en una casa hecha de madera en medio del bosque. La familia está formada por su hermana mayor, por un bebé y por sus padres. Aprendiendo de todo lo que su padre hacer, la familia sobrevive en la inmensidad de la naturaleza sin tener ningún pueblo u otras casas próximas a ella. La vida en el bosque transcurre entre la caza de animales, la elaboración de queso y mantequilla, el curtido de pieles o la diversión en torno al fuego. “La casa del bosque” es una experiencia rural inigualable, pues además de los valores del campo se mantiene en todo momento un tono nostálgico y el realismo que alcanzan las novelas de Laura Ingalls es notable.
“La casa de las muñecas” es un relato imperecedero de la británica Rumer Godden, el cual escribió poco después de la Segunda Guerra Mundial y que enseña valores de esperanza, acorde con los sentimientos de la época. La protagonista es Tottie, una muñeca de buen corazón que es entregada a dos niños, Charlotte y Emily. Ellos la colocan con otros varios muñecos, los cuales pasan a ser su familia adoptativa. Se encuentran el señor y la señora Plantaganet, que adoptan el rol de padres muñecos; Apple, que es su hermano y un perro de agujas, que hace de mascota. La familia de muñecos no puede escoger qué vida llevar y sufren penurias viviendo en una caja de zapatos. No obstante, a Tottie le inculcan la esperanza de vivir en un sitio mejor, la cual se ve cumplida cuando Charlotte y Emily reciben una casa de muñecas victoriana de su tía abuela. En ella, no obstante, vive una malvada muñeca de porcelana Marchpane. Ésta gasta muchas jugarretas a la familia ya formada, habiendo episodios realmente trágicos, aunque el final es dulce e ilusionante. Un relato muy realista y aleccionador que sirve de alternativa a otros cuentos más humorísticos.
Este libro está inspirado en una antigua canción infantil de autoría anónima. No obstante, las ilustraciones son de Randolph Caldecott, uno de los mejores exponentes y representantes de la época victoriana. Dichos dibujos se perfilan con intensos colores pastel y líneas simples. Fue publicado en 1878 junto con “La historia amena de John Gilpin”, ambos de tremendo éxito. Las ilustraciones detallan casas victorianas, emanando bienestar y tranquilidad. El texto de la canción tradicional acompaña las imágenes con grabados originales.
Al igual que sucede con Mike Mulligan y su excavadora, en este cuento de Virginia Lee Burton se muestra la humanización de un gran objeto o construcción. En este caso, como el nombre indica, se trata de una casa. Concretamente, es una pequeña casa situada en medio del campo, en Estados Unidos, y construida en el siglo XIX. De forma muy interesante, se muestra cómo la casa puede ver a sus dueños originales y a los niños jugar. Sin embargo, el tiempo pasa y los niños se van, el progreso hace que se construyan más infraestructuras y pronto se ve absorbida por una ciudad. Una lejana descendiente de los dueños originales la recompra, la traslada al campo y puede vivir de nuevo en un ambiente bucólico de paz y tranquilidad. De nuevo, es una crítica al progreso y a la suplantación de épocas históricas por otras venideras, así como una exaltación de la vida rural. Las ilustraciones son de llamativa acuarela.