Este libro del caricaturista y poeta Wilhelm Busch resultó muy controvertido en su tiempo, y aún hoy la crítica está dividida en considerarlo un simple cuento de travesuras, o si éstas van más allá de lo moralmente aceptable. Los protagonistas, Max y Moritz, son dos niños que intentan superar cualquier represión adulta con ingeniosas fechorías. No obstante, sus actos son cuanto menos cuestionables: hacer caer señores mayores al río, matar pollos, poner dinamita en una pipa, etc. Su final tampoco es convencional, ya que los niños son triturados en un molino. Al margen de esta actitud transgresora, el libro es muy ingenioso y sus ilustraciones se consideran precursoras de los cómics actuales. Además, está profundamente arraigado en la literatura infantil alemana.