Cuando a veces empleamos el dicho “todo tiempo pasado fue mejor”, seriamente debemos plantearnos si estamos en lo cierto o no. Una muestra es la Edad del Bronce, que es cuando se sitúa esta fabulosa novela de Rosemary Sutcliff. La autora inglesa, que tan bien nos acostumbró con sus ficciones históricas épicas y emotivas, relata esta vez algo crudo y muy alejado de nuestra vida ahora. Drem pertenece a una tribu que habita la campiña inglesa durante la citada edad. La prueba que su pueblo le impone para hacerse adulto es matar a un lobo. Si esto de por sí no es suficientemente desalentador, Drem además tiene discapacidades físicas y no recibe un mínimo trato de compasión, pues éste no existía. Haciendo honor de la Ley del Más Fuerte, Drem debe abandonar a los suyos para sobrevivir, pues éstos no son comprensivos y la obligación del joven es demostrar su valentía y sus aptitudes. El resto de elementos característicos del relato los podemos imaginar: entornos indómitos, animales salvajes y valores nada arraigados en la actualidad.
Muchas veces los padres deben dar la cara por sus hijos y acarrear las consecuencias. Los hijos, también, a veces son responsables de males mayores de los que siendo un niño se puede entender. Algo parecido sucede en “El cerdo de menta”. La protagonista es Poll, una chica cuyo padre confiesa un delito que realmente ha cometido su hijo. La familia es forzosamente separada, y el padre de Poll debe marchar a América a buscarse la vida. La narración transcurre en la Inglaterra victoriana, y se tratan valores como la unión familiar o la madurez. Poll permanece en Inglaterra con su madre y su hermano, a quien debe encauzar. Sin embargo, ya no están en su hogar, sino en una finca de unos familiares. El ambiente rural afectará profundamente a Poll, y el paso del tiempo es representado como metáfora en el pequeño cerdo que da título al libro. En un abrir y cerrar de ojos pasará de ser un pequeño animalito para ser sacrificado. Nina Bawden ganó el Premio de Ficción Guardian Children’s por esta fabulosa novela, un reconocimiento más que merecido.
Charles Causley no pretendía dirigirse a un público tan concreto en esta recopilación de poemas que es “Figgie Hobbin”. En palabras del propio autor, él nunca fue consciente de si se encaminaba a niños o a adultos. Lo que es cierto es que lectores de todas las edades han disfrutado de sus poemas gracias a su estilo sencillo y sin contemplaciones. En esta maravillosa antología destaca el poema “Timothy Winters”, que actualmente se ha convertido en celebérrimo y a menudo es enseñado en las escuelas inglesas. Por otro lado, el poema que da título al libro trata de un rey de Cornualles de paladar exquisito que sólo quiere Figgie Hobbin para cenar, un plato típico de su región. Asimismo, en esta compilación hay cabida para versos dramáticos, pero también para otros delirantes o reflexivos. La narración está aderezada con las magníficas ilustraciones de Pat Marriott. Un libro que hará las delicias de los niños pero también de los padres si se descuidan.
“El huerto de Joseph” fue nominado al prestigioso Premio Kate Greenaway. Que no lo ganara no es indicativo de que no lo mereciese, pues esta obra de Charles Keeping es una sencilla historia que transmite ideas y reflexiones muy complejas. Joseph es un niño que vive en una ciudad inglesa y cuyo jardín se asemeja más a un huerto. El terreno está desierto de cualquier vegetal, y Joseph decide plantar una rosa. El desarrollo de ésta no termina de cuajar porque Joseph, ignorando las consecuencias de sus acciones, interfiere en él. Primero la arranca, luego la sobreprotege y finalmente la ahoga. El mensaje que Joseph capta de todo ello es que debe dejar que la naturaleza siga su curso, y que con paciencia y tiempo logrará ver crecer a su rosa. Y así sucede, puesto que ésta crece hasta ser el arbusto más hermoso del huerto, y servirá de cobijo a pájaros y de sombra a otros animales. Aunque a un adulto algo tan sencillo como ver crecer a la planta no le fascina, siempre es interesante sentirse otra vez niño y ver los ojos a través de una cabeza ingenua y maravillada. Una obra de arte en forma de libro infantil de manos de un autor británico muy querido.
Hay novelas para jóvenes que no ofrecen concesiones en su temática. “Soy el rey del castillo” es una de ellas. Susan Hill quiso recalcar que el poder de lo malvado prevalece en nuestro mundo, y en cualquier rincón se puede atisbar crueldad e injusticia. En este relato se denuncia todo ello en el marco de dos niños que no se llevan bien y en el cual su comportamiento llega a extremos insospechados. Charles y Edmund tienen once años, y ambos están condenados a vivir juntos porque la madre de Charles pasa a ser ama de llaves del padre de Edmund. Éste último hace la vida imposible al débil Charles. Por si esto fuese insuficiente, los dos chicos acuden al mismo internado y Edmund roba las amistades a Charles, quien no soporta el dolor acumulado y acaba suicidándose. Aunque la medida puede parecer desesperada a ojos del lector, lo cierto es que muchos niños que hayan sufrido acosos en su infancia se sentirán identificados con Charles. Nadie es propiedad de nadie, y cualquier intento de abuso debe ser denunciado y consecuentemente castigado.
De entre todas las historias novelescas de marineros, las de C.S. Forester son de las más admiradas y reconocidas por su pasión. Entre ellas se encuentra la primera entrega sobre el capitán Horacio Hornblower, a su vez enmarcada dentro de una saga de otros 10 libros. Hornblower reúne todos los requisitos del estereotipo de capitán de barco: bravura, honradez y carisma. No obstante, tras la firme imagen que proyecta se encuentra un hombre inseguro y que incluso se marea ocasionalmente durante la navegación. La trama se centra en el intento de apresar el barco Natividad en primer lugar, y posteriormente en recuperarlo. Este giro en los acontecimientos se debe a que el relato está inspirado en las guerras contra Napoleón y España, inicialmente en contra del Reino Unido, posteriormente pasa a ser aliada. Tanto este libro como el resto de la serie tienen los ingredientes de una historia de batallas marítimas, y prueba de ello es su éxito comercial.
Los protagonistas de “El jardín secreto”, Mary y Colin, son primos. La primera es huérfana y consentida. El segundo muy irascible y además con tendencia a enfermar. Ambos viven en la mansión Manor Misselthwaite, lugar donde transcurre toda la historia. Como en otros relatos donde el ambiente es la clase alta de la sociedad, los adultos desatienden en parte a los pequeños y éstos se convierten en autosuficientes. Sobre todo Mary, antes malcriada, y ahora obligada a valerse por sí mismo. Junto a otros niños como Martha o Dickon compartirán vicisitudes siempre con la mansión como telón de fondo. El misterio gira siempre en torno al jardín secreto, un lugar oculto de la mansión con una puerta cubierta de rosales y vegetación. En este sentido también aparece el carácter naturalista de Frances Hodgson Burnett, pues se describen los cambios de estaciones y cómo éstas afectan al jardín. Una entretenida novela inglesa de principios del siglo XX.
¿Quién no ha leído o visto en alguna ocasión las viñetas de Snoopy y Charlie Brown? “Carlitos”, o, mejor dicho, “Peanuts”, es posiblemente la tira cómica más leída de la segunda mitad del siglo XX. Y esto provocó que su creador, Charles Schulz, fuera el historietista más famoso. Muchos detalles son reconocibles en estas historias. Desde la manta, como la gorra de béisbol y los amigos de Carlitos. Snoopy no es un perro tradicional, sino que suele reflexionar como si fuera un filósofo. De ahí la importancia de esta tira, pues entretiene pero a la vez lanza mensajes de crítica a nuestra sociedad. El propio Snoopy sueña con ser piloto de aviones o con llegar a escribir una novela. En cuanto a los amigos de Carlitos, se cumplen estereotipos extrapolables a cualquier ámbito. El niño protagonista tiene aires de perdedor, igual que cualquier persona. Por ello, en definitiva, el mensaje de “Peanuts” tiene que ser de esperanza.
Si te gustan los relatos ambientados en entornos naturales, con animales como protagonistas y en los que hay descripciones realistas de supervivencia, “Tarka la nutria” es una novela imprescindible para ti. La historia está contada desde el punto de vista de la propia Tarka. Esta nutria habita la campiña del condado de Devon, Inglaterra. Su sentido del olfato y vista quedan de manifiesto al ser ella misma la narradora. Pero no todo es descripción de la belleza de la naturaleza. Tarka debe sobrevivir y escapar de sus depredadores, especialmente de una jauría de perros pertenecientes a un hombre de la campiña. La adorable nutria se encuentra en un estado de constante alerta, como un soldado en plena guerra. De hecho, esto es lo que quería manifestar Henry Williamson, el cual quedó marcó tras su servicio en el ejército británico durante la Primera Guerra Mundial. El texto de Williamson está perfectamente complementado por los dibujos de Charles Tunnicliffe. De esta historia se realizó una adaptación cinematográfica e incluso están marcados los lugares que habita Tarka en el condado real de Devon.
La historia de aventuras en el mar narrada por Charles Hawes en “La fragata oscura” nada tiene que ver con otras novelas del género, en las cuales se ensalza la vida del marineo. El protagonista de este relato es Philip Marsham, un huérfano inglés que por error dispara un arma y se ve obligado a embarcarse en el barco “Rosa de Devon”. Si Philip pisa tierra firme, sería condenado a morir ahorcado. Por ello, no le queda otra escapatoria que convivir con los bandidos y piratas y su forma de ser. La narración de Hawes es excesivamente realista, y quizá crea una atmósfera cargada de desasosiego y desesperanza en torno a su protagonista. No obstante, el mensaje positivo es que un hombre debe estar orgulloso si posee una fuerte moral. Así se siente Philip, un buen hombre entre un puñado de malas personas. Quizá ésa sea la forma de redimirse. El libro está cargado de referencias a los viajes marítimos del siglo XVII, entre las cuales se puede remarcar especialmente la jerga de alta mar.