Si se ha comentado que la literatura escandinava ha gozado de éxito en todos los rangos de edad, especialmente el infantil, y durante tanto tiempo, un paradigma es el sueco Ulf Stark. En “Las mágicas zapatillas de mi amigo Percy” se rodea del ilustrador finlandés Olof Landström para contar una historia mágica y enérgica. El protagonista, llamado Ulf como el autor, carece de confianza y amor propio, sensaciones que se intensifican cuando un chico valiente y fuerte llamado Percy llega al colegio. Percy y Ulf se hacen amigos, y el valeroso Percy confiesa al protagonista que todo se lo debe a sus zapatillas, que son mágicas. Le promete que al renovarlas, se las dará. Ulf le da a Percy muchos de sus objetos personales, y consigue las zapatillas ya utilizadas de su nuevo amigo. Ulf cambia al instante y adquiere las virtudes de Percy, ganando autoconfianza y motivación. El niño que lo lea, no obstante, cuestionará si eso es cierto o se debe a la psicología moldeable de Ulf. Stark nos habla de la amistad de una nueva forma, y la importancia de tener contento a un joven para que pueda perseguir sus sueños y no se rinda ante las adversidades. Tal fue el éxito que esta primera entrega acabó siendo el origen de una trilogía.
La novela escandinava siempre suele ser un escaparate de realismo y crudeza, prefiriendo mostrar reflexiones adultas antes que edulcorar las obras. Sobre todo si éstas van dirigidas a un público adolescente, es decir, a lectores que pronto tendrán que lidiar con los grandes problemas de la vida. “Mi amigo de una sola pierna y yo” es una tierna historia sobre la enfermedad y la muerte. Ambientada en Laponia, el bello paisaje helado de esta región hace que aumente la distancia entre los hogares, y por ello es difícil hacer vida fuera de casa y entablar una vida social. Ykä, el protagonista, no desaprovecha la oportunidad de tener un gran amigo cuando conoce a un chico que le falta una pierna y padece una enfermedad terminal. El vínculo que los une se hace fuerte, y ambos apartarán su soledad para hacer su amistad eterna. A la muerte del amigo, Ykä sufre como nunca lo había hecho en su vida pero, a su vez, se multiplican sus ganas de vivir. Éste es el efecto que tienen los acontecimientos más dramáticos en nuestras vidas, y Anna-Liisa Haakana lo hace a la perfección insuflando al lector una dosis de esperanza.
La tercera historia de los Mumim situó definitivamente a esta entrañable familia de hipopótamos blancos como un clásico de la literatura infantil finlandesa. Al igual que los dos relatos previos, “La familia Mumim” transcurre en el Valle de Mumim. Los protagonistas son Mumintroll, Snufkin y Snif, quienes salen de casa dispuestos a vivir intensas aventuras después de un largo invierno de hibernación. Casualmente se topan con un bonito sombrero que deciden recoger y llevarlo a casa para Papá Mumim. Como a éste no le sirve, deciden emplearlo como cubo de basura. Una serie de extrañas transformaciones empieza a sucederse cada vez que los Mumim arrojan un objeto al sombrero y les es devuelto algo totalmente diferente. Finalmente los Mumim descubren que el sombrero pertenecía un mágico duende, quien va a reclamar su preciado objeto muy enojado. Por suerte, todos acaban haciendo buenas migas y el final deja con buen sabor de boca a los niños, como sucede a menudo con estos queridos hipopótamos blancos.
Los famosos Mumim volvieron a la carga con esta segunda entrega de la famosa saga creada por la finlandesa Tove Jansson. Esta familia de hipopótamos blancos (al menos en apariencia) vive en un mundo muy particular de tintes fantásticos y oscuros, pero por otro lado nada inquietantes. En “Los Mumim: la llegada del cometa”, Mumintroll y Snif son avisados de que un cometa va a caer y va a provocar un desastre. Los protagonistas inician una frenética aventura en pos de encontrar un observatorio. Por el camino se encuentran con múltiples personajes que a la postre se acabarían incorporando a la saga de forma recurrente: Snufkin, Melindroso, Muskrat y la señorita Pocavoz. Un aspecto curioso de la historia es que, a pesar de la edad a la que se dirige, no tiene un final perfecto ni previsible. Mumintroll y Snif no encuentran el observatorio, y la familia Mumim al completo intenta salvarse de lo inevitable refugiándose en una cueva. Cuando todo parece que va a acabar de forma desastrosa, no acaba sucediendo nada y estos entrañables hipopótamos blancos se salvan, pudiendo así aparecer en nuevas aventuras.
Este clásico moderno de la literatura escandinava es otra de las perlas de Tove Jansson. Su aire nostálgico y sus reminiscencias de la infancia no dejan indiferente a nadie. Las protagonistas son Sophia, una niña de 6 años, y su abuela artista. Ambas pasan un verano juntas en una casita en una isla finlandesa, que acabará siendo inolvidable. Aunque inicialmente Sophia es reacia a estas vacaciones, pues su madre ha muerto, acaba dejándose llevar y disfrutar tanto del entorno natural como de la compañía de su abuelita. La madre de Sophia ha dejado una fuerte impronta en su forma de ser, y ésta lo muestra a cada momento. Nieta y abuela acaban siendo capaces de conversar sobre cualquier cosa, desde temas banales hasta otros más adultos, lo cual acaba estrechando la relación entre ambas. Al final de las vacaciones, Sophia sentirá que habrá madurado y que se habrá hecho más independiente. A través de los diálogos entre las dos protagonistas, Jansson otorga múltiples lecciones al lector sin pecar de sentimentalista, y dará buenas razones para disfrutar el verano al máximo.
“Tatu y Patu en Helsinki” es un clásico reciente de la literatura infantil finlandesa. Con Aino Havukainen y Sami Toivonen como coautores, las aventuras de estos dos hermanos han marcado a la última generación de niños del país escandinavo. Además, el cuento sirve a modo de guía de viajes para jóvenes turistas. Tatu y Patu son dos hermanos que visitan por primera vez Helsinki, y que se empeñan en seguir haciendo las cosas a su modo. El primo de ambos, Jori, es su improvisado guía de viajes. Los dos hermanos se estresan enseguida con el ritmo de vida de la gran ciudad, y se maravillan ante los diferentes puntos de interés que van visitando. Como no pueden aguantar el ritmo de su primo, a menudo quedan rezagados, y se valen de su propio ingenio para reengancharse de nuevo: utilizan sandías para navegar por el río, roban coches de choque de la feria… Las ilustraciones son tremendamente coloridas, y esto junto a la expresividad de los personajes muestra el trajín de una capital. Se trata de una genial aproximación a Finlandia y a su principal ciudad.
“El oso Uppo” es un clásico de la literatura infantil finlandesa a la vez que una oda a la amistad. El protagonista es un valiente oso que ha vivido múltiples aventuras y ha conocido el mundo entero pero sin tener ningún amigo verdadero. Un día, por accidente, llega a una playa, donde es recogido por una niña, Reeta. Uppo se queda a vivir con Reeta y su familia un tiempo, y a partir de ahí se forja una amistad indestructible entre ambos. Junto a Reeta, el oso protagonista cumple su sueño de escribir y recitar poemas, e incluso viajan juntos para vencer los miedos de ambos. Las ilustraciones son muy llamativas, típicas de los artistas escandinavos; el texto, por otro lado, es muy variopinto: contiene desde poemas hasta juegos de palabras y narración. Un libro muy apto para que los niños valoren el tener buenos amigos.