La historia del toro Ferdinando, aunque infantil, plantea subliminalmente la polémica del maltrato animal y la imposición de comportamientos sobre ellos, así como sobre los niños. Es, en cierta medida, una oposición a la novela adulta y masculina de Ernest Hemingway, contemporáneo de Munro Leaf y Robert Lawson, autor e ilustrador de esta historia, respectivamente. Ferdinando es un toro de comportamiento diferente al resto, no le gusta pelearse y le encanta olisquear las flores. Por error, es llevado a torear a una plaza. Su desinterés por el torero y el espectáculo provoca la indignación de los espectadores, y lo envían de vuelta a casa. Se considera un libro de palabras y dibujos inteligentes.